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Los 45 chalets proyectados en la falda de la montaña en Cala Carbó nunca llegarán a ser construidos. El equipo de gobierno de Pollença (PSOE, PSM, UM-UNPI) ha alcanzado un acuerdo para convertir Cala Carbó en una zona verde privada. A cambio, compensará a los propietarios de los terrenos con un solar urbano en la zona del Ullal, en el Moll. Esta es una de las modificaciones que se incluyen en la adaptación del Plan General de Pollença al Plan de Ordenación de la Oferta Turística (POOT) que fue presentado ayer por el regidor de Urbanismo, Joan Cerdà, en comisión informativa y que se debatirá previsiblemente en el pleno ordinario del próximo mes de junio.

Se resuelve así una reivindicación histórica de la mayoría de pollençins que temían perder uno de los pocos parajes sin urbanizar de su costa. Tras consultar a un grupo de expertos de la Universidad Politécnica de Barcelona, todos los grupos políticos que gobiernan en Pollença aceptaron que la no construcción de Cala Carbó era la única fórmula válida para proteger este enclave.

Se crea así una «unidad de actuación discontinua» que consiste básicamente en asignar una parcela en el Port de Pollença por cada una de las parcelas que existen en Cala Carbó. Este solar, que hasta ahora era considerado urbanizable desclasificado, se convierte en suelo urbano y será desarrollado por compensación. Así, los actuales propietarios del solar del Moll también ven compensada la cesión de parte de sus terrenos.