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El crecimiento que el turismo de montaña está experimentando en Balears provoca algunos incidentes con los propietarios de fincas de la Serra de Tramuntana que ejercen su derecho de propiedad, obligando a los visitantes a pagar por transitar por sus tierras.

Alguno de estos propietarios, afectado por la declaración de caminos públicos, pide un mayor control sobre los excursionistas que atraviesan sus fincas causando en ocasiones desperfectos.

José Gilet es uno de los propietarios de la possessió Solleric que se extiende a lo largo de 1.050 quarterades entre los términos municipales de Alaró y Bunyola. Por la finca, cruzan a diario decenas de turistas que llegan a pie desde otros puntos de la montaña. El coste del trayecto es de 500 pesetas y así lo anuncian diversos carteles colgados en las paredes rocosas y árboles de la propiedad pero los excursionistas, alemanes e ingleses en su mayoría, hacen caso omiso de las advertencias.

«El problema es que se ríen de tí», explica José Gilet. «Me dicen que no han visto el cartel y son ellos mismos los que lo han arrancado. ¿Qué tengo que hacer marcar con pintura todas las peñas?», sostiene.

Gilet considera que «500 pesetas es muy poco para mantener esta possessió, que cuesta mucho trabajo». El propietario ha dedicado treinta años de su vida a mantener el lugar en el que faenan habitualmente tres personas.

José Gilet pide que la Conselleria de Turisme ejerza una mayor vigilancia sobre los turistas de montaña que portan guías editadas en el extranjero en las que aparecen rutas por possessions privadas.