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El PP reiteró su negativa a participar en convocatorias del grupo Prisa mientras su presidente, Jesús de Polanco, no rectifique sus críticas al partido, ya que «nadie está obligado a acudir a la casa de quien le insulta», afirmó el secretario general de esta formación, Àngel Acebes.

El boicot del PP a Prisa por las palabras de Polanco, quien manifestó la semana pasada ante la junta de accionistas que era muy difícil ser neutral cuando hay partidos que desean volver a la guerra civil, siguió generando polémica.

Desde Berlín, el presidente del partido, Mariano Rajoy, aseguró que no tiene intención de «echar leña al fueg», pero subrayó que sigue sin recibir una explicación por las acusaciones recibidas.

En Madrid, en rueda de prensa tras la reunión del comité de dirección del partido, Acebes estimó que la posición del PP es «muy sencilla», ya que «nadie está obligado a acudir a la casa de quien le insulta, difama y anuncia una estrategia para perjudicarle».

Mientras, el secretario de Organización del PSOE, José Blanco, denunció el «mensaje amenazante» que, a su juicio, ha lanzado el PP «a todo el que no favorezca sus intereses y no se pliegue a sus deseos». Blanco se preguntó qué pasaría si el PP gobernara y acusó a ese partido de creer que «sólo ellos son España y los demás somos unos insensatos e indecentes».