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El ministro de Trabajo, Juan Carlos Aparicio, aseguró ayer que el Gobierno mantiene la «mano tendida» al diálogo con los sindicatos y animó a los grupos políticos a presentar «alternativas y propuestas» en la tramitación parlamentaria del real decreto sobre las prestaciones del desempleo.

Aparicio afirmó que «es el momento de retomar la vía del dialogo» y mostró su esperanza en que «en los próximos días o semanas esto sea posible».
Mientras, Gobierno y sindicatos no se ponen de acuerdo sobre los porcentajes de participación en la huelga: el Ejecutivo habla de un 17 por ciento y las centrales, de un 84 por ciento.

El paro fue «un rotundo fracaso» según las palabras del ministro de Fomento, Francisco Àlvarez Cascos, que además criticó los «sabotajes» registrados en las líneas ferroviarias, que «pusieron en riesgo la seguridad» de los ciudadanos.

Por su parte, el ministro de Asuntos Exteriores, Josep Piqué, dijo que «no hubo huelga general», pero admitió que «hubo paros importantes en determinados sectores y zonas del país, pero en ningún caso se puede hablar de huelga general».

Desde Cataluña, el presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, pidió al Gobierno y a los sindicatos que vuelvan a sentarse para negociar la reforma del desempleo y eludió hacer valoración alguna sobre la huelga. «Entendemos que hay determinadas cosas que tienen que cambiar en la legislación laboral, pero se tiene que vigilar que se cambien para ayudar a incrementar la ocupación, no para perjudicar a los trabajadores», precisó Jordi Pujol.