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Los abogados de las defensas proclamaron ayer en una vista celebrada en el Tribunal Supremo que los condenados en el «caso Lasa y Zabala», entre ellos el general Enrique Rodríguez Galindo, son inocentes, por lo que pidieron que se anule la sentencia de la Audiencia Nacional que les impuso diversas penas.

Las acusaciones, ejercidas por las familias de José Antonio Lasa y José Ignacio Zabala "muertos en 1983", la Asociación contra la Tortura y el Ayuntamiento de Tolosa, solicitaron que además de los delitos de detención ilegal y asesinatos se añada el de pertenencia a banda armada para todos.

El abogado del Estado, que recurrió la declaración de responsabilidad civil subsidiaria de la Administración, pidió a la Sala que anule la misma y tenga en cuenta que Lasa y Zabala eran miembros de ETA.

El Supremo vio los recursos de los condenados y del abogado del Estado contra la sentencia de la Audiencia a los que se opusieron el fiscal y las acusaciones. El abogado de Galindo, José María Fuster Fabra, aseguró que su cliente «no tuvo nada que ver» con los secuestros, torturas y asesinatos en 1983 de Lasa y Zabala.

El abogado del Estado pidió que «esta Sala tan prestigiosa dé un paso importante y no exija la responsabilidad civil al Estado porque los asesinados eran de ETA. Esta petición fue respondida por el abogado de las familias de Lasa y Zabala, Iñigo Iruin, quien explicó que «son acusados como miembros de banda armada quienes son asesinados y no quienes les asesinan».

Por su parte, el fiscal considera que el Estado debe ser responsable civil subsidiario porque la muerte de Lasa y Zabala fue ilícita, pero coincidió en que existen indicios de que pertenecían a ETA y en este sentido añadió que «puede provocar que un Estado que sufre en sus carnes la violencia de ETA tenga una cierta desazón al tener que indemnizar a estas personas».