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EFE - JERUSALÉN El presidente del Gobierno, José María Aznar, afirmó ayer que «nadie va a evitar» que llegue la paz al País Vasco, «ni los que mandan camiones de dinamita, ni los que pactan con los de la dinamita». Aznar hizo ayer estas declaraciones a las puertas de la Iglesia del Santo Sepulcro, punto final de su viaje a Tierra Santa, al ser preguntado por el papel del PNV a favor de la paz.

El jefe del Gobierno aprovechó la ocasión para pedir a los partidos nacionalistas vascos que rectifiquen, que reconozcan que se han equivocado. Desde Jerusalén, Aznar recordó a los concejales y cargos electos de su partido en el País Vasco, que han recibido amenazas, como la portavoz en el ayuntamiento de Guecho, Marisa Arrúe, quien la pasada Nochebuena fue amenazada con una pintada que decía: «Te vamos a quemar».

A juicio de Aznar, el Gobierno está «jugando en España un camino de paz y hay otros que están jugando a un camino de guerra». «Naturalmente, no es compatible con la paz el intentar organizar una masacre en Madrid con 1.800 kilos de dinamita, porque eso no es un proceso de paz, es un proceso de guerra», explicó en referencia a las dos furgonetas-bomba con esa cantidad de dinamita localizadas esta semana.

El jefe del Gobierno aclaró que los procesos de paz «se manifiestan por una voluntad de diálogo, con la renuncia a las armas, la aceptación a las reglas del juego, sin extorsiones ni violencias y con el respeto a las reglas de juego democráticas, que es lo que todos debemos hacer». Sin embargo, lamentó que «los partidos políticos nacionalistas vascos no están en favor de un proceso de paz, están en un pacto con una organización terrorista, y de ahí puede salir todo menos la paz».

Asimismo, resaltó que la paz «pasa por la Constitución y por el Estatuto de Autonomía», insistió en la apuesta del Gobierno por ello y destacó su convencimiento de que «una gran mayoría democrática sabe que esto es así».