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AGENCIAS - SANTIAGO El ministro chileno de Asuntos Exteriores, Juan Gabriel Valdés, anunció ayer que su Gobierno insistirá en invocar «razones humanitarias» para lograr la puesta en libertad de Pinochet. Valdés afirmó que «el Gobierno continuará perseverando en el esfuerzo que realiza ante el Ejecutivo británico, para que se acojan las razones humanitarias que permitan su retorno a Chile». El jefe de la diplomacia chilena no mencionó la carta que, según el líder de extrema-derecha Alberto Cardemil, la Embajada chilena en Londres tiene previsto entregar al ministro británico de Interior, Jack Straw. Cardemil, jefe de filas del Partido de Renovación Nacional, que apoyó al régimen de Pinochet entre 1973 y 1990, aseguró que la citada carta no hace referencia al argumento humanitario, sino «razones de salud».

«Hay iniciativas de carácter diplomático que por esencia son reservadas», manifestó Valdés, que advirtió que «el empeoramiento del estado de salud» de Pinochet «puede introducir obstáculos en el actual proceso político del país», donde se celebran elecciones presidenciales el próximo diciembre.

Valdés afirmó que el Gobierno de Chile «seguirá defendiendo la jurisdicción de los tribunales chilenos por todos los medios políticos y jurídicos». El canciller enfatizó que el Ejecutivo está plenamente convencido de que su interpretación del Derecho Internacional es la correcta, y así lo demostrará el Tribunal Internacional de Justicia de La Haya cuando resuelva la demanda que Chile presentará próximamente contra España. Valdés apuntó que en las próximas horas podría hablar con el secretario del Foreign Office, Robin Cook, y aseguró que las autoridades chilenas seguirán enviando informes médicos al Gobierno británico sobre la evolución de la salud del senador vitalicio.