Concentración a las puertas de Consultas Externas del Hospital Son Llàtzer. | Teresa Ayuga

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El colectivo de las enfermeras se manifestó ayer como una forma de llamar la atención de las administraciones que, dicen, les han abandonado. Reclaman un cambio estructural que reconozca adecuadamente su trabajo dentro del IB-Salut y que termine con una situación que, advierten, las discrimina por ser un colectivo compuesto por un 85 % de mujeres.

Las convocó en el Hospital Son Llàtzer el sindicato de enfermería SATSE que hizo movilizaciones similares a lo largo del país con motivo del Día Internacional de la Mujer. Buscaban denunciar la situación de «desmotivación y desilusión» a causa del «desinterés» de las administraciones públicas.

«Estamos aquí para exigir respeto profesional, para decir que estamos hartas y que nos negamos a continuar durante más tiempo en esta situación», inició la lectura de un manifiesto, María Tomàs. «Las enfermeras somos la gran fuerza laboral de la sanidad pública y cada día nos vemos obligadas a enfrentamos a la temporalidad, la inestabilidad, la sobrecarga laboral y emocional, pero sobre todo tenemos que convivir con la falta de reconocimiento a nuestro trabajo», añadió.

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Reclaman una nueva clasificación para su categoría laboral, «acorde con nuestra formación universitaria, el desarrollo competencial experimentado por nuestra profesión y con la evolución social». Quieren ser como otras profesiones con su mismo nivel formativo, «y por supuesto, con una retribución justa».

Durante la protesta se quejaron de una «perpetuada» infravaloración por parte de este gobierno y de anteriores. «Es fácil sentirse frustradas y desvalorizadas por la falta de apoyo institucional». Piden al Ejecutivo de Pedro Sánchez que coordine a los distintos ministerios implicados en la reforma del Estatuto Básico del Empleado Público (EBEP) y que las enfermeras se incluyan finalmente en un Único Grupo A, sin subgrupos, dentro de la administración pública.

«Exigimos que se reconozcan nuestros derechos y se nos trate con el respeto y la dignidad que
merecemos. Exigimos que nuestros políticos se comprometan con nuestro colectivo y pasen a la acción», prosiguió Tomàs.

Otro de los puntos que se señalaron durante la convocatoria es la necesidad de superar los roles sexistas que en la actualidad «siguen marginado a su profesión por ser mayoritariamente femenina y dedicarse a los cuidados, a pesar de su importancia y necesidad dentro del sistema sanitario». Uno de los ejemplos puestos, fue la imposibilidad de acceder a la jubilación anticipada voluntaria.