Los expertos advierten de los riesgos del acceso temprano a teléfonos inteligentes.

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¿A qué edad acceden los jóvenes de Baleares por primera vez a la pornografía? ¿Están perdiendo los chicos y chicas de las Islas la capacidad de empatizar con sus iguales? ¿Aumentan las enfermedades de transmisión sexual? ¿Y las cirugías plásticas en la adolescencia? ¿Cuántos adolescentes han recibido una proposición sexual por parte de un adulto a través de Internet? Para responder a estas y otras preguntas Laura Moyà y Xim Fuster, los promotores de la campaña ‘Adolescència lliure de mòbils’ se han reunido con expertos de diferentes ámbitos (seguridad, salud mental, adicciones, sociología...) y han recogido en un documento los datos más relevantes que alertan de las consecuencias de entregar teléfonos inteligentes a los menores, cada vez a edades más tempranas.

Adolescència sense mòbil, una aproximació diferent a les noves tecnologies intel·ligents, nace como un documento elaborado a partir de entrevistas con expertos sobre el uso y abuso de las nuevas tecnologías entre la población más joven. «Reunir en un solo documento toda esa información puede servir para que las familias partidarias de retrasar la entrega de dispositivos inteligentes a sus hijos, puedan fortalecer sus argumentos y avanzar hacia un cambio de tendencia social», explica Xim Fuster.

Desde que esta pareja impulsara (siguiendo el ejemplo de un grupo de Cataluña) el proyecto 'Adolescència sense Mòbils' en Balearesya se han sumado 2.200 familias. Ante el crecimiento exponencial de esta nueva demanda social la Conselleria d’Educació, prometió impulsar una instrucción para regular el uso de los dispositivos móviles en las aulas. No en vano el ciberbullyng, las conductas violencias y las agresiones sexuales con menores implicados se han disparado en los últimos años en toda España, también en las Islas.

Lluís Ballester, doctor en Sociología y Filosofía del Grupo de Investigación y Formación Educativa y Social (GIFES) de la UIB avisa de que «un riesgo no se activa hasta que no tiene la capacidad de verlo como una amenaza». «El acceso al porno es un riesgo real», añade. Es uno de los ‘expertos aliados’ de 'Adolescència sense Mòbils' cuyo conocimiento se ha incorporado al documento marco. Coordina el Estudi sobre pornografía a las Illes Balears: accés i impacte sobre l’adolescència, dret internacional i nacional aplicable i solucions tecnològiques de control i bloqueig, de Valentina Milano, junto con Sandra Sedano y Berta Aznar.

Ballester advierte de que «el uso de las pantallas provoca en los adolescentes la desconexión de la empatía» y eso tiene consecuencias reales que se están notando y mucho. Se está reduciendo la conciencia de riesgo ante enfermedades de transmisión sexual como el VIH, mientras que aumentan las cirugías innecesarias en los adolescentes (como las bioplásticas).

Uno de cada diez adolescentes ha recibido una proposición sexual en internet por parte de un adulto y cerca del 60 % de jóvenes admite haber contactado con desconocidos y haber aceptado a desconocidos en las redes sociales, según el estudio de UNICEF Impacte de la tecnología en l’adolescència a les Illes Balears que se publicó a finales de 2022. Es solo la punta del iceberg, los expertos trabajan ahora para actualizar los datos con la máxima celeridad posible a sabiendas de que el problema se ha agudizado

El Estudi sobre pornografía a les Illes Balears del Grup d’Investigació i Formació Educativa i Social de la UIB advierte de que «la pornografía en línea muestra muchas imágenes sexualmente explícitas cargadas de violencia sexual con víctimas reales (grooming, sextorsión, tráfico de personas...) Cosifican a las mujeres y normalizan el macho dominante que ejerce sexto violento y anulan el consentimiento de ella. Son de fácil acceso y discreto porque se pueden ver desde el teléfono móvil inteligente desde cualquier lugar».

Los riesgos de este consumo de pornografía son claros. La captación, e incitación a registrarse y producir pornografía infantil, el acoso sexual y la delincuencia sexual crecen a pasos de gigante. Se observa que la edad de primer contacto con la pornografía tiende a igualarse entre adolescentes (12,7 años ellos y 13 años ellas). El 17,5 % de los jóvenes reconoce que ha tenido las primeras experiencias con la pornografía con 8 o 9 años.

¿Qué se puede hacer para frenar el fenómeno? Las familias lo tienen claro, la educación y el conocimiento de los riesgos son imprescindibles. La idea es favorecer un movimiento social e institucional que ayude a reducir el abuso de los dispositivos móviles en la infancia y la adolescencia. «Hemos registrado el documento en la Conselleria d’Educació en el marco del debate de la instrucción que quiere publicar el Govern para limitar el uso de móvil en los centros educativos de Baleares a la que ya presentamos alegaciones porque no queremos que se convierta en un coladero», recuerda Xim Fuster.

El documento aborda los riesgos de los dispositivos móviles desde cuatro puntos de vista: la salud mental, las adicciones, la pornografía y la resolución de conflictos dentro del entorno escolar. «Nos hemos puesto en contacto con diferentes personas y entidades que creen, como nosotros, en la importancia de trabajar juntos para alargar al máximo la entrega del primer móvil. Hemos buscado argumentos para convencer a las personas que aún no lo ven claro, este documento es un resumen», explican Laura Moyà y Xim Fuster.

Las 2.200 familias de Baleares empeñadas en retrasar el acceso de los menores a los teléfonos inteligentes se han dividido en tres grandes grupos de trabajo: Concienciación, relaciones institucionales e investigación. «Vamos trabajando entre todos para llevarlo más allá y que la concienciación social fructifique en una restricción de los móviles en los centros educativos», dice Fuster.

Con su nuevo documento marco y los teasers que resumen los datos más relevantes del mismo, Adolescència sense Mòbils busca crear un efecto dominó que ayude a difundir las cifras que son realmente alarmantes.