Imagen de archivo de la entrada principal del hospital 'Mateu Orfila'. | Archivo

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«Llegas a urgencias. Estás muy grave y te ingresan en la UCI. Un médico tiene que tomar ya una decisión que supondrá que vivas o mueras. ¿Prefieres un médico despejado o uno que lleva 20 horas sin dormir?». De este modo tan contundente presenta Tamara Contreras, quien en su día fuera directora médica del Hospital Mateu Orfila, su campaña en Change.org para acabar con las guardias médicas de 24 horas. De momento cuenta ya con más de 66.000 firmas.

Contreras comenta que trabaja en la UCI, con jornadas como la que relata: «Hoy he tenido guardia, he estado 20 horas despierta, 18 de ellas trabajando. Llevo todo el día agotada, con náuseas. Hace sol, pero solo pienso en mi cama. Mis hijas echan de menos a su madre, dicen que siempre estoy cansada».

Imagen de archivo de la doctora Tamara Contreras.

Prosigue con el relato de una atención médica, «anoche, el busca del hospital sonó a las 3 de la mañana, me temblaban las piernas del cansancio y el estrés. Un chico de 21 años politraumatizado se desangraba. Cinco minutos antes soñaba, no recuerdo el qué, y de repente le estaba canalizando para transfundirle sangre e intubándole para evitar una parada cardiaca». Somnolencia, palpitaciones, dolor de cabeza... son sus compañeros de tarea.

La doctora asegura que «esta es la realidad de nuestro actual sistema sanitario, que obliga a que los médicos hagamos jornadas de 24 horas, poniendo en riesgo la vida de nuestros pacientes». Sentencia que «no podemos trabajar así» por lo que pide «acabar ya con las jornadas médicas de 24 horas seguidas».

Contreras argumenta que las guardias se producen varias veces al mes hasta que el médico cumple los 55 años. «Muchas veces con situaciones límite y picos de estrés. Y así no estamos en plenas facultades para atenderte a ti o a tu familiar». En su relato publicado en Change.org asevera, sin tapujos, que «debido a la fatiga acumulada, los médicos cometemos más errores graves cuando estamos en turnos de 24 horas y más fallos de diagnóstico. Somos más lentos tomando decisiones, no podemos reaccionar igual de bien».