Consuelo Carrasco, conduciendo una máquina limpiadora de Emaya.

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Consuelo Carrasco (Murcia 1981) es una de las camioneras de Emaya, empresa pública dedicada a la limpieza en Palma, que a día de hoy tiene 25 mujeres al volante de sus máquinas. Desde su asiento en la barredora pesada observa cada mañana cómo el número de conductoras profesionales, especialmente en el sector del transporte, aumenta progresivamente en la Isla.

¿Cuál es tu trabajo en Emaya?

—Llevo barredoras pesadas. En Emaya hay tres tipos de barredoras, está la ligera que se puede llevar con el carnet B y las pesadas para las que se necesita el C. La que yo conduzco es la intermedia aunque tiene consideración de pesada.

¿Por qué te sacaste el carnet para conducir camiones?

—Yo me saqué el carnet estando en la empresa por ir mejorando mi situación laboral. En 2008 la empresa hizo una convocatoria y me apunté. Antes era peón especialista y lo que hacía era barrer, recoger trastos y limpieza con la sopladora o con el agua a presión.

¿Cuando entraste en la empresa ya había mujeres al volante?

—Entré en noviembre de 2004. Creo que había cuatro mujeres que tenían ya el carnet que conducían barredoras o camiones de recogida. Conduciendo barredoras ligeras sí que había más pero había pocas con el carnet C, que sirve para conducir camiones siempre que no lleven remolque.

¿El carnet te ha permitido mejorar?

—Sí, claro, yo estoy en Calidad Urbana. Trabajo en la limpieza de 06:00 h a 13:00 horas, tenemos turnos fijos y va muy bien para conciliar con la familia. Cuando yo empecé, entré de tarde porque mi hija era pequeña y me iba mejor, ahora que ya es mayor hago este turno de mañana. El carnet de camionera me ha dado más posibilidades laborales y una mejor calidad de vida. No es lo mismo mi compañera que va delante peleando con viento y marea haga frío o calor que yo que voy dentro de la barredora. Tengo otras luchas como el ruido o el tráfico…pero su desgaste físico no es el mío».

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¿Hay cada vez más mujeres al volante?

—En Emaya cada vez somos más que conducimos camiones con el carnet C. Tenemos también muchas compañeras que tienen el carnet pero no ejercen todavía, pero hoy en día ya las mujeres están cada vez más predispuestas. En la empresa no somos ni mujeres ni hombres, somos números de matrícula y antigüedad, no miran si soy Consuelo o soy Antonio. Eso hace que nadie, con independencia de su género, pueda pasar por delante de otro si tiene los mismos requisitos y antigüedad. Yo llevo ya 19 años en la empresa.

Para la empresa sois matrículas pero ¿qué sois para los compañeros?

—Todos somos compañeros. En mi caso personal yo no veo ni hombres ni mujeres, ni categoría ni sexo, para mí todos son compañeros. La jornada es mucho más amena si no vas marcando diferencias aunque aquí, como en todas las casas, cuecen calderadas. A veces oyes ‘vaya, me toca con este o con esta’ pero no tiene nada que ver con ser hombre o mujer. Yo voy con mis compañeros y no me van diciendo 'oye Consu, conduce con cuidado', soy una más. Me dicen a lo mejor ‘estate pendiente que me dio un salto el motor’. Entre todos nos vamos ayudando y además no soy yo sola, somos varias las mujeres que conducimos. Muchos de los conductores hemos sido antes peones juntos antes de conducir las máquinas y los que ya eran chóferes antes han sido mis chóferes. He estado trabajando codo con codo con algunos y otros me han enseñado. Para mí son compañeros en todos los niveles.

¿Las mujeres conductoras sois de la misma franja de edad o hay más conductoras jóvenes?

—La mayoría rozamos los cuarenta años pero en todas las franjas de edad hay mujeres. Tenemos compañeras que con 48 o 49 años se están sacando el carnet del camión. Las que entraron más recientemente en la última remesa (las más jóvenes) ya venían con carnet pero del personal que ya había que tenía el B, muchas se han apuntado sin miedo para sacarse el C cuando la empresa se lo ha ofrecido.

¿A qué te dedicabas antes de entrar en Emaya?

—Venía de estar limpiando en el aeropuerto. Un verano hace 16 o 17 años estaba pasando otras calamidades, limpiando vómitos o baños. Prefiero el verano que tengo ahora. Estar en la calle te da además otro punto de vista. Me doy cuenta de que en los trailers (para conducirlos tendría que sacarme el E) cada vez hay más mujeres. Siempre que las veo pienso ‘vaya huevos’, sobre todo cuando hablamos de camioneras de reparto. Me siento muy orgullosa y a las conductora de autobús siempre les hago un gesto de complicidad. Nosotras mismas durante años pensábamos que la profesión de camionero era un trabajo de hombres pero no es así, es un trabajo del que quiera y pueda.

¿Animas a otras mujeres a sacarse el carnet de camión?

—Sí, claro que animo a sacarlo. Mejoras tu calidad de vida (porque el trabajo físico se reduce) y te encuentras con más libertad. Tu cabeza te desbloquea cosas que a pie de calle no las vemos. Eres más consciente de lo que es la vida cuando llevas maquinaria pesada y tomas conciencia sobre los demás, pero sobre todo animo a hacerlo por una cuestión de independencia y por el valor que te aporta a nivel personal. Estudiar nunca está de más y los carnets tampoco. En el bolsillo nunca pesan.