Viviendas en el barrio de la Plaza Gomila. | R.L.

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Las operaciones de compraventa de viviendas se desplomaron en junio a nivel estatal, con una caída del -14,5 % con respecto al mismo mes del año pasado y cuyo impacto se duplica en el caso de Baleares: el retroceso rozó el -30 %, el más pronunciado de España junto a Canarias.

El enfriamiento del mercado, que lleva experimentándose desde finales del año pasado, es una tendencia ya avanzada por el sector que viene a reequilibrar las altas cotas de actividad de 2021 y 2022. El Archipiélago, con unos condicionantes muy particulares en todo lo relativo a la vivienda, la caída se inició ya el pasado agosto (dos meses antes que a nivel estatal) y en lo que llevamos de 2023 ya ronda una media del -23 %, según los datos aportados ayer por el Consejo General del Notariado. Julio fue el último mes en el que se experimentó una subida interanual, de un tímido 1,1 %.

La subida del euríbor (el Banco de España señala que llegó al 4,15% en julio) ha generado un clima de incertidumbre nada propicio para el mercado inmobiliario. La paralización de las compraventas se ha traducido en una bajada de precios (-2,6 % de variación interanual), por lo que se está registrando menos compraventas y a menor precio. Un contexto que, sin embargo, no es extrapolable a las Islas, que cerraron el mes de junio con una subida de precios del 10,3 %.

José Miguel Artieda, presidente del Colegio de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria de Baleares y de la Asociación API-Baleares, explica que «todo sigue en la misma línea» de los últimos meses. «La falta de producto disponible es cada vez mayor y a su vez es cada vez más complicado acceder a este por la subida de los tipos de interés».

En el caso de Baleares, el frenazo de la inversión extranjera afecta mucho más que en el resto de comunidades. Los compradores internacionales han adquirido un protagonismo preponderante en los últimos años, especialmente en el caso de Alemania y Reino Unido. Los aires de recesión que impregnan sus economías se ha notado en el mercado inmobiliario del Archipiélago. La subida de los tipos de interés ha llevado concretamente al mercado inmobiliario alemán a un punto muerto que tiene su eco en las Islas.

«Muchas personas simplemente han dejado de estar en modo compra. La parte de la demanda internacional ya había iniciado un retroceso el año pasado», señala el presidente de la Asociación Balear Inmobiliaria Nacional e Internacional (ABINI), Hans Lenz. «La subida del interés ha hecho mucho daño allí; y en Alemania -que concentra un 60 % de las ventas a extranjeros en las Islas- el sector inmobiliario se encuentra en punto muerto». Y no solo los alemanes, los suecos, afirma, «también están sufriendo mucho con la devaluación de la corona y el cambio con el euro».

Para Lenz, el enfriamiento que vive el mercado inmobiliario «no nos viene mal tras la onda expansiva de los últimos dos años». Un fervor comprador que, asevera, «no era sostenible». El mercado, afirma, vive hoy un proceso de recomposición que lo devolverá a la normalidad. No obstante, Lenz insiste en que el problema balear sigue centrado en la falta de producción de vivienda a precio asequible para el mercado local. «Necesitamos plurifamiliares a precios normales».