Uno de los grupos de usuarios de Asnimo que este lunes repartió flores.  | Pilar Pellicer

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Daniela Valencia tiene 23 años y en Navidad tuvo su primer empleo: empaquetar regalos en el Mallorca Fashion Outlet. «Me encantó conocer a gente, colocar cosas, ayudar...», recuerda la experiencia. Y es que para muchas personas con síndrome de Down ir a trabajar puede ser la mejor recompensa. Este lunes, con motivo de su Día Mundial, agradecieron con flores hechas por ellos mismos en el taller ocupacional de la Fundació Asnimo, a las empresas, las administraciones públicas y a las familias que confíen en ellos. ‘Gracias por tanto’ fue el lema que a nivel estatal utilizó Down España, el mismo que este lunes inundó las redes de apoyo y que recibió a los clientes del centro comercial.

«Está demostrado que si reciben ayuda y formación pueden hacer labores que igual a otros no les gustan», explica Tolo Márquez, presidente de Asnimo. «Les encanta hacer trabajos rutinarios», añade. De los 120 usuarios de la fundación, el 10 % ha accedido a una inserción laboral, si bien es verdad que «también atendemos a edad escolar y los hay que son más mayores», explica Márquez. El experto señala la importancia de trabajar porque «para nosotros inclusión es ‘formar parte de’ y para ser parte de la sociedad hay que tener la oportunidad de una educación, de trabajar, de tener ocio y disfrutar como cualquier otro», advierte. En este sentido, Mallorca Fashion Outlet contrató a tres usuarios de Asnimo para el espacio de empaquetado de regalos de Navidad. «Por un lado con la intención de ayudar y por otro para dar visibilidad a la integración laboral», explica Jorge Pérez de Zabalza, director de márketing y turismo del centro. Fue su primera experiencia de contratación directa, aunque hay tiendas que ya lo habían hecho. La práctica, dice, «es cien por cien recomendable y satisfactoria».

Daniela Valencia. 

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Con este detalle se agradecía el apoyo recibido.

Vuelve la alegría de la normalidad tras dos años de pandemia para las personas con síndrome de Down. El confinamiento ha sido especialmente duro para ellos pues «su principal dificultad es la socialización», advierte desde Asnimo Tolo Márquez: «necesitan ocio, moverse, aunque esto ha afectado a todo el mundo», añade. La fundación ha recuperado prácticamente el 100 % de su actividad pero, como muchos casos están relacionados con otras patologías, no le pierden el respeto al virus.