Solo el 20,3 % de la población balear se expresa siempre en catalán. | Teresa Ayuga

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«No debemos transmitir que el catalán se está muriendo porque no es verdad», según defiende el sociolingüista y delegado de la Plataforma per la Llengua en Baleares, Ivan Solivellas. Que la lengua se encuentra en una situación de «emergencia lingüística» es algo que su propia entidad advierde, al igual que la Obra Cultural Balear (OCB). Pero Solivellas considera que no hay que ser «catastrofistas» porque todavía goza de «buena salud», también en Mallorca, y especialmente en la Part Forana. De hecho, el 97,2 % de los habitantes de la Isla lo entienden; el 82,3 lo hablan; el 83,9 % lo saben leer y el 62,4 % lo saben escribir, según datos de la última Enquesta d’Usos Lingüístics de les Illes Balears, analizada por el Grup de Recerca Sociolingüística de la UIB (GRESIB), hecha en 2014 y revisada en 2018. El documento, que será la fuente de los datos expuestos en adelante, evidencia que pese al destacable conocimiento de la lengua la gente lo emplea poco.

«Por suerte no está en peligro de extinción, pero debemos evitar ese escenario», reclama el delegado de la plataforma, pero dice que no hay que engañarse de que «buena parte» de la sociedad isleña «vive en castellano y no tiene intención de cambiar». Solamente el 20,3 % de la población balear se expresa siempre en catalán, mientras que el 43,5 % lo hace en castellano. Un 11,2 % dice hablar más catalán que castellano; un 10,4 % lo hace igual en ambas lenguas y un 9,5 % se decanta más por el castellano.

«La situación en Montuïri o Vilafranca contrasta mucho con la realidad en la bahía de Palma, Calvià y parte de Llucmajor, donde el uso del catalán es mínimo», comenta Solivellas. «En barrios como Son Gotleu, Son Roca y Pere Garau pasa lo mismo», dice, y añade que «no se han sabido hacer políticas para que el catalán llegue a todo el mundo». Pero esto no se puede entender sin tener en cuenta la inmigración llegada a Balears en las últimas décadas, primero procedente de la Península y en la actualidad también de otras partes del mundo. La población autóctona ha pasado de representar el 82 % en 1970 a ser el 60 % en 2015. El equilibrio lingüístico también se ha visto perjudicado por el turismo, porque la presencia de más de 10 millones de visitantes anuales condiciona qué lengua se escoge al hablar o escribir, según apunta el documento analizado por el grupo de la UIB.

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Comportamiento lingüístico

«Se necesitan políticas de acogida mucho más claras», demanda la profesora del Departament de Filologia Catalana i Lingüística General de la UIB y coordinadora del GRESIB, Maria del Mar Vanrell. «Hay que dejar de asociar el catalán como algo exclusivo de los mallorquines porque tiene que ser para todo el mundo», reivindica. La pérdida de hablantes no se debe al desconocimiento, pues los datos confirman lo contrario, sino a la actitud. «El gran problema es que la gente no lo emplea», lamenta la profesora, que señala la inseguridad como una de las causas, especialmente a la hora de escribirlo. El catalán nunca es la lengua más usada fuera del entorno familiar. En los ámbitos de consumo y servicios, los resultados de la encuesta revelan que donde más se utiliza es en la Administración local (40,6 %) y donde menos en la relación con los clientes (20,5 %). «Cuando te encuentras con alguien y dudas en qué idioma hablarle, la mayoría opta por el castellano; es una cuestión de actitud que se puede cambiar», explica Vanrell. Para la profesora, el catalán se encuentra en una situación «delicada» que requiere recuperar un consenso lingüístico que se ha peridod en los últimos años. «Debemos despolitizar la lengua, que no es de ningún partido político o ideología», defiende, y propone basarse en la evidencia científica para hacerla más atractiva y ganar hablantes. «Es importante recordar los beneficios que tiene hablar más de una lengua, porque incluso puede atrasar el deterioramiento cognitivo», asegura Vanrell.

Ivan Solivellas considera que la pérdida del consenso es el motivo principal por el cual se han perdido hablantes y su deterioro lo vincula al efecto del proceso independentista catalán. «Ha ensuciado mucho», lamenta, añadiendo que «se nos ha vendido la idea de que si hablas en catalán eres independentista, y eso es mentira, solo genera odio». El sociolingüista opina que «ir en contra de una lengua por razones políticas es decepcionante», porque cualquier idioma «es una riqueza». Reclama políticas de cohesión e integración y compensar que la televisión, el sistema judicial y algunos políticos vivan de espaldas al catalán. «Se debe poder vivir en Mallorca hablando la lengua propia, llámala catalán o mallorquín», concluye.

La directora general de Política Lingüística del Govern, Beatriu Defior, cree que la lengua está en una situación «preocupante», pero no «irreversible». «Se puede reconducir, pero tanto la ciudadanía como las instituciones debemos actuar conjuntamente», explica. Rechaza que el ‘procés’ haya influido en la pérdida de consenso porque piensa que ya se había visto afectado con anterioridad. «Sí que es cierto que años atrás los partidos coincidían en unos mínimos, y ahora hay discursos completamente hostiles a la lengua que antes no tenían representación institucional», apunta.

Defior afirma que esto afecta a todas las lenguas del Estado, aunque admite que en el caso del catalán pueda estar relacionado con la situación catalana. Para potenciar el uso de la lengua en Baleares, Defior ve imprescindible que esté más presenten en el ámbito digital, como las redes sociales, la tecnología y los videojuegos. «No puede quedar fuera de hacia donde evoluciona la sociedad», dice, y añade que trabajan en campañas para potenciar su uso entre los jóvenes y los nuevos parlantes. También colaboran en el proyecto Aina, que utiliza inteligencia artificial para crear asistentes de voz, traductores y agentes conversacionales.

El apunte

El 80,9 % de los ciudadanos de Baleares reconocen la unidad de la lengua catalana

El 80,9 % de los baleares consideran que la lengua que se habla en Andorra, Valencia y Cataluña es la misma lengua que se habla en Baleares, según la Enquesta d’Usos Lingüístics de les Illes. Esto implica que la inmensa mayoría reconoce la unidad de la lengua, que se ha visto cuestionada por algunos sectores minoritarios. «Cuando alguien dice que habla mallorquín es porque habla el catalán de Mallorca, de la misma manera que un andaluz puede decir lo mismo sabiendo que habla castellano», explica el lingüista Ivan Solivellas. Recuerda que todas las lenguas tienen dialectos y que no se escribe igual en un documento que en Whatsapp.