El Gremio de Artesanos ha reclamado a Cort durante años que ponga orden en una situación que consideran un agravio para ellos. | Jaume Morey

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El concejal de Participació Ciutadana en el Ajuntament de Palma, Alberto Jarabo, quiere acabar con la competencia desleal que desde hace años padecen los artesanos que venden en los mercados de s’Hort del Rei y de la Plaça Major. Para ello, el edil de Podem informa de que ya se ha dado la orden a la Policía Local de que «actúe más» en estos espacios para evitar que se asienten personas que venden sin contar con ningún permiso. No obstante, explica que hay pendiente una reunión entre las regidurías implicadas para consensuar criterios de actuación y que la policía tenga claro cómo debe actuar.

Jarabo recuerda que en los últimos tiempos «se están incorporando vendedores, que instalan mesas incluso del mismo tamaño que las de los artesanos que tienen permiso, y son personas que, evidentemente, no pueden estar en ese espacio pues no tienen licencia de mercado».

El responsable municipal admite que, aunque existe una normativa aprobada que regula el uso de estos mercados, hasta ahora había habido «cierta laxitud» por parte del Consistorio a la hora de permitir que en esos espacios vendieran personas sin licencia, «pero ahora vamos a actuar de forma activa» y la Policía Local velará para que las personas que no tienen permiso no puedan vender en estos mercados artesanos.

Jarabo añade que «también vamos a ser pedagógicos para explicar a los que no tienen licencia de mercado que deberían tenerla y si no, no podrán seguir trabajando en los días que hay mercado artesano».

El concejal entiende que «hay un recorrido por parte de turistas y cruceristas desde el puerto hasta la Plaça Major y Sant Miquel en el que se genera la mayor cantidad de ingresos por parte de las personas que venden allí y, por eso, tiene claro que «ahora el objetivo es ver cómo se distribuye ese espacio para que todos puedan obtener sus ingresos, pero siempre y cuando esté legalizado y eso incluye a los mercados artesanos y a los artistas callejeros». «Lo que no se puede aceptar –añade– es que haya otras personas que se hacen pasar por artesanos y que ocupen ese mismo espacio, pero sin licencia, eso no puede continuar así».