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GABRIELA ALBERTONI
La decisión tomada por la Conselleria d'Educació i Cultura del Govern, que determina la implantación, en el curso 2007-2008, de la gratuidad de los libros de texto del primer ciclo de Primària y de Educació Especial, no dejó indiferente a nadie. El proyecto prevé una ayuda máxima de hasta cien euros para cada niño que curse primero o segundo de Primària y pretende ser el primer paso para un futuro modelo cooperativo y progresivo de reciclaje del material didáctico.

En una simple consulta a los precios de los libros de texto, correspondientes a los cursos que se benefician de las ayudas en este curso, se confirma que el precio medio de los diez libros mínimos necesarios oscila entre 120 y 270 euros, dependiendo de si se trata de un colegio concertado o público. La principal diferencia es que los colegios privados suelen pedir fichas o cuadernos complementarios y también algunos libros de lectura que pueden hacer que el precio suba hasta 80 euros más aproximadamente.

Un aspecto que encarece mucho el precio de los libros escolares es que ahora no existe un precio fijo estipulado y cada editorial puede poner cualquier precio. Así que se pueden encontrar diferencias considerables entre los precios de los libros de las tres principales editoriales del mercado, Santillana, Anaya y Vicens Vives, que en la opinión de Joana Martín, dependienta de una librería, «sólo se diferencian mínimamente en el formato de los contenidos presentados».

Para algunos de los afectados directos de la nueva resolución, el proyecto es insuficiente si se tienen en cuenta los abusivos precios de los libros y los otros gastos que conlleva la vuelta al cole. Anya Marcks, madre de dos niños que cursan 4º de Primària y 3º de ESO, piensa que «es una ayuda que, sin duda, es mejor que nada, pero lo que nos han prometido en las campañas electorales ha sido algo muy distinto». En cambio, otras madres ven con mejores ojos la nueva iniciativa, como es el caso de Olivia Allende, que tiene un niño en el primer curso de Primària: «Es una medida totalmente de primer mundo, principalmente para las madres latinas que, como yo, tienen dificultad para adaptarse al alto nivel de vida que se lleva aquí».

Otra cuestión que, según algunos padres, se debe considerar y paliar, es la falta de concienciación de los niños a la hora de conservar los libros y que, según Leonor Sierra, madre de tres niños, es algo espantoso: «Mis hijos llevan un año de diferencia y es imposible reutilizar ni uno sólo libro. Siempre están deteriorados y cada año introducen además algún cambio en el programa, lo que te obliga a comprar libros nuevos».