Cardona, Miranda, Matas, Clos, Boutarfa y Dispenza, en la inauguración del III Foro Euromediterráneo de la Energía. Fotos: JAUME MOREY

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JOAN J. SERRA
La Conselleria de Comerç, Indústria i Energia ha paralizado las obras que GESA-Endesa ha estado ejecutando en estas últimas semanas para la instalación del gasoducto terrestre entre Sant Joan de Déu y cas Tresorer. Como se recordará, este periódico adelantó la semana pasada que GESA-Endesa estaba instalando el gasoducto terrestre por un trazado distinto al inicialmente previsto. El recorrido de éste último debía seguir paralelo a la autopista de s'Arenal en sentido Palma y continuar por el parking de Carrefour y el Camí Fondo hasta llegar a cas Tresorer. Sin embargo, la empresa energética, aprovechando la enorme zanja abierta para el soterramiento de unas líneas eléctricas de media tensión, precisamente entre cas Tresorer y la subestación eléctrica de Sant Joan de Déu, procedió también a instalar el tramo terrestre del gasoducto, situándolo más cerca de la zona habitada del Coll den Rabassa. Concretamente, el nuevo trazado, que es el de las líneas eléctricas soterradas, sigue un nuevo vial pegado al solar de una promoción inmobiliaria que todavía no se ha levantado y junto a una zona residencial ya existente.

El director general d'Energia, Jaume Sureda, declaró ayer a este periódico que «hemos ordenado la paralización de estas obras porque no están autorizadas. Esta tubería que está instalando GESA-Endesa no está incluida en las planificaciones energéticas, que son competencia del Govern, y, además, el proyecto del gasoducto y su trazado no están aprobados definitivamente».

En este sentido, el president Jaume Matas y el conseller Josep Juan Cardona no han querido que se realicen obras sin autorización y, mucho menos, tener conflictos con los vecinos del Coll den Rabassa.

GESA-Endesa instaló la conducción esperando que el Ministerio de Industria autorizaría posteriormente su aprovechamiento como gasoducto. Si finalmente el Ministerio no autorizaba ese uso, GESA-Endesa le daría otra función a la tubería, limitándola a la distribución de la red de gas natural. En cualquier caso, la conducción instalada y ahora paralizada tiene medio metro de diámetro y capacidad para transportar gas natural a una presión de 80 bares, la prevista para el tramo terrestre del gasoducto. El tramo submarino, entre Denia (Comunitat Valenciana), Sant Antoni de Portmany (Eivissa) y Sant Joan de Déu, transportará gas natural a una presión de 220 bares.