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Al pasar por delante de la Delegació d'Hisenda son pocos los que reparan en un monumento conmemorativo. Una placa recuerda a las víctimas del accidente del revellín (una especie de fortificación) de San Fernando, un trágico suceso que ocurrió hace hoy 111 años en la zona del Camp Pelat (cerca de lo que hoy es Via Alemanya, en las proximidades de los juzgados).

En este lugar se registró en el año 1895, concretamente el 25 de noviembre -día de Santa Catalina- una gran explosión que costó la vida a 92 personas «in situ», la mayoría mujeres (72) y algunas niñas -16 menores de 15 años-. La cifra, a posteriori, llegó a 97. Semanas después, rebasó el centenar.

Según ha relatado el historiador, militar y colaborador de Ultima Hora, Domingo Jiménez Riutord, «la causa exacta nunca se ha determinado. Fue un accidente, pero no se sabe quién lo produjo. En aquella época, el Ejército había comprado nuevos fusiles. Los antiguos Remington se cambiaban por Mauser. El cartucho también cambiaba. Con el objeto de aprovechar la pólvora de los antiguos, se procedió a su vaciado. Entonces fue cuando se produjo el accidente».

Miquel Payeras, articulista de este periódico, señala que «los capataces, hombres, se paseaban entre las mujeres, controlándolas a la vez que se distraían fumando. Es posible que un cigarro mal apagado provocase el accidente».

La explosión fue enorme y su onda expansiva afectó a las zonas próximas a la Porta de Jesús y la Porta Pintada. Toda la población de Mallorca quedó conmocionada. Las campanas del Ajuntament repiqueteaban a todas horas. Todo el mundo acudió: bomberos, militares, soldados, sacerdotes, la Cruz Roja... Se abrió una cuenta de donaciones iniciada por la reina María Cristina. Los actos religiosos se prolongaron durante años. En 1934, el Ajuntament colocó una lápida en la zona. Ahora no se halla exactamente en el mismo lugar, ya que ha sido desplazada en distintas obras.