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Algas, plantas, moscas, mosquitos, microorganismos y espuma de carbonato cálcico. Sa Riera vuelve a estar llena de suciedad orgánica provocada por el aumento de las temperaturas. Emaya trata de combatir la proliferación de plantas e insectos en la zona regulando los niveles de salitre del agua que sale de Son Tugores pero los efectos son apenas perceptibles.

La empresa municipal asegura que el aumento de las temperaturas provoca a su vez el recalentamiento del agua, lo que crea unas condiciones óptimas para la aparición de microalgas y plantas acuáticas de superficie Ello atrae a las moscas salóbricas, que además depositan las larvas en el agua. A pesar de que se trata con insecticidas no perjudiciales para la salud, en ocasiones las moscas son muy resistentes.

Por lo que respecta a la desagradable espuma que flota en el agua, un portavoz de la empresa explicó que se trata del carbonato cálcico que impregna la tierra que arrastra el agua de rechazo y que se hace perceptible cuando suben las temperaturas, como estos días.