La muestra se ve cómo se puede vivir en las condiciones que impone el desierto. Foto: SEBASTIÀ AMENGUAL

TW
0

La Fundación La Caixa de Palma acoge, desde hoy y hasta el próximo 26 de enero, una muestra que bajo el título «Tuaregs. Nómadas del desierto», que pretende acercar la cultura y el modo de vivir de esta comunidad, un pueblo nómada que ha tenido que adaptarse a las exigencias del mundo actual. La exposición recoge 275 objetos estructuradas en cuatro grandes ámbitos: la historia, la economía, la vida cotidiana y la economía del pueblo tuareg. Según François Burel, comisario de la muestra junto con Albert Costa, la exposición representa «un conjunto cultural y temporal de los tuareg de Níger, Mali y Argelia».

Según Burel, las piezas, que van desde un escudo «que representa al pasado guerrero de los tuareg» hasta un tocadiscos, «regalo de los baptistas americanos que querían convertirlos al protestantismo», muestran «un amplio abanico representativo de esta cultura y su evolució».

Por su parte Albert Costa, el otro comisario, explica que ésta «es una exposición etnográfica, que no muestra objetos de arte, pero exhibe objetos cotidianos de este pueblo como si lo fueran». En este sentido Costa afirma que la pretensión de la muestra es «que la gente tenga una idea más o menos exacta de cómo puede vivirse en el desierto en unas condiciones muy duras y precaries».

La muestra, que también fue presentada por un tuareg, Goumar Abdoussamed, pone de manifiesto la evolución que ha sufrido este pueblo. De hecho, «parte de los tuareg siguen siendo ganaderos, sin embargo muchos otros han tenido que adaptarse al nuevo modelo de vida agropastoril». Goumar es el responsable de una cooperativa y tiene a su cargo 21 familias, pero antes fue funcionario de correos en un pueblo de Níger.

En la exposición también se hace referencia a las creencias de los tuareg, que «en un momento de su historia adoptaron el islamismo, sin embargo nunca dejaron sus antiguas creencias animistas, que se ponen de manifiesto a través de los múltiples amuletos que todavía hoy llevan siempre».

Iolanda Pericàs