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Hoy se cumplen 10 años de la llegada de un grupo de refugiados bosnios a Mallorca, en plena guerra de los Balcanes. Fue todo un acontecimiento. Hoy, agradecidos, reviven la fecha y preparan varios actos para conmemorarla.
El Boeing 757 de Air Europa, procedente de Budapest, dejó en el aeropuerto de Son Sant Joan, el día 3 de diciembre de 1992, a 212 refugiados. 34 se instalarían en Sóller. Otro grupo viajaría hasta Menorca, y el resto se repartiría en otras provincias españolas.
El grupo que viajó a Mallorca había sido invitado por varias familias de Sóller. El colectivo fue aumentando hasta llegar a las 58 personas. Cruz Roja, a través de la reagrupación familiar, hizo posible que muchas familias se pudieran encontrar.
Hoy esas familias están totalmente integradas en Sóller y de forma muy especial los niños, que cuando llegaron tenían 1, 4, 7 y 10 años, y que en la actualidad son jóvenes que hablan perfectamente castellano y catalán sin olvidar su propia lengua, que sus padres han intentado que conserven.
Las gemelas Snezana y Sevetlana Mihailovic estudian Derecho y Turismo en la UIB. Su padre, Dusan, trabaja en el sector de taxi, en Sóller, y su madre es enfermera en Palma. Ellos, junto al resto de las familias bosnias, quieren agradecer a los sollerics todo cuanto hicieron por ellos durante aquellos años tan difíciles que siempre recordarán.
Por su parte, las hermanas Tea y Olga Radovandnic nos cuentan que ellas se sienten en Sóller como en su propio país. «Primero porque teníamos cuatro y cinco años y nada recordamos de aquellos años, pero sí nos hace ilusión volver un día a nuestro país». Tea estudia peluquería y Olga tercero de ESO. Todos los jóvenes están totalmente integrados y la mayoría de ellos son estudiantes. Las familias trabajan y han organizado sus vidas en el valle, pasando a ser unos ciudadanos más. Así lo cuenta Nenas Stanic, ingeniero de Canales y Puertos, y hoy trabajador en la empresa Mallorquina Ones Balear. La integración «ha sido fácil y tras 10 años hemos de decir que nos sentimos como en casa, nuestros jóvenes son como los de aquí, viven, estudian o trabajan. En cuanto a nuestro país, tengo que decir que la integración de las diferente etnias sigue siendo muy difícil para todos, hecho que hace que se necesiten más de treinta años para que el país se recupere; allí es difícil la vida, porque se ha puesto muy cara, y los sueldos son muy bajos, no hay dinero, por ello casi todos los que lo abandonamos decidimos que lo mejor era integrarse donde nos dieron cobijo». Por su parte Dusan Mihailovic, que era profesor de Autoescuela, tiene un taxi y es querido y respetado por todos los ciudadanos. Desde que dejó Sarajevo, tuvo muy claro que no regresaría y por ello luchó con fuerza para hacerse un porvenir para su familia: «Me siento orgulloso porque sé que nuestros jóvenes, que en un momento se quedaron sin futuro, aquí, en Mallorca, han encontrado un nuevo camino que les formará como hombres y mujeres del mañana, por ello nos sentimos orgullosos y felices en esta pequeña ciudad que nos acogió como a unos más de su municipio, por todo ello, gracias».
Para dar las gracias a todas aquellas personas que un día les abrirían las puertas el colectivo está preparando una serie de actos.
Por otra parte, en enero, y a través de Cruz Roja en Sóller, la secretaria de la Embajada de Bosnia en Madrid se trasladará a Sóller para hacer y renovar los pasaportes de los refugiados de Bosnia que se encuentran en Mallorca y Menorca. Esta documentación será tramitada en las oficinas de Cruz Roja, por lo que los interesados se podrán poner en contacto a través del teléfono de Cruz Roja en Sóller 971630845.