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El doctor Alfonso Ballesteros, presidente de la Reial Acadèmia de Medicina de les Illes Balears (RAMIB), será el encargado de presentar al prestigioso médico psiquiatra Luis Rojas Marcos, quien, el próximo día 1 de julio, pronunciará la conferencia «Ingredientes y ladrones de nuestra felicidad», organizada por el Club Ultima Hora y la RAMIB.

"¿La academia apuesta por una apertura?
"Así es. Queremos conseguir una mayor proyección social para la academia; para ello, además de contactar con los organismos oficiales, se decidió el contactar con entidades privadas para lograr estos objetivos. Uno de los primeros contactos fue con el Club Ultima Hora y con su presidente, Pere A. Serra, que, sin ninguna duda, apostó por apoyar a la Reial Acadèmia.

"Una conferencia del doctor Rojas Marcos es un buen inicio.
"Sí. Es un personaje de relevancia que tiene un gran interés para la sociedad en general. De hecho, hubo inmediato acuerdo en que el profesor Rojas Marcos era la persona indicada ya que además de su valía indiscutible se daba la circunstancia de que había sido una persona que desgraciadamente había estado en primera línea de los acontecimientos del 11-S, ya que era el gerente de los servicios hospitalarios de la ciudad de Nueva York.

"Una semana antes de la conferencia ya se han agotado las invitaciones. ¿Le sorprende el éxito de la convocatoria?
"En absoluto. La personalidad excepcional de Rojas Marcos explica que se hayan agotado las invitaciones. Desde la Reial Acadèmia, aprovecharemos que esta sea la conferencia que dé pie a que el doctor Rojas Marcos pueda ser presentado como «académico correspondiente» de nuestra institución.

"¿Qué significa para usted presentar al doctor Rojas Marcos?
"Personalmente significa un honor y una sana envidia. Es un honor por que es un personaje que admiro y una sana envidia porque terminamos la licenciatura casi al mismo tiempo y en aquellos años el emigrar a Estados Unidos era la meta dorada de los jóvenes médicos españoles porque la formación postgrado no estaba organizada en nuestro país. Desgraciadamente yo no pude por motivos personales.