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S.B./M.G. Muchas calles de Palma amanecieron ayer todavía con montañas de basura fuera y dentro de los contenedores. Tanto en vías del centro como en las de algunos barrios buena parte de los contenedores quedaron vacíos tras la jornada de huelga general del pasado jueves, pero junto a ellos seguía habiendo un montón de bolsas de basura en el suelo. En otros casos, los camiones de EMAYA no se habían llevado ni el contenido de los contenedores ni las bolsas de fuera.

Lo cierto es que la acumulación de desechos por el paro provocó que los contenedores se abarrotasen pronto, lo que forzó a los ciudadanos a dejar las bolsas en plena acera.

Una vez finalizada la huelga general los operarios de EMAYA reanudaron su trabajo, pero no pudieron dar abasto para recoger todo lo que encontraron en la calle.

Los peor vino ayer, cuando el intenso calor provocó que muchos de los desperdicios empezasen a desprender un desagradable olor, para molestia de los vecinos y viandantes.

La presidenta de EMAYA, María Crespo, afirmó ayer que la normalidad podrá volver hoy a las calles y para ello destinó a todos los efectivos disponibles para la recogida.