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El Govern vuelve a aparcar la tramitación de la polémica ley de biodiversidad hasta que la Conselleria de Medi Ambient solvente las grandes lagunas jurídicas que se han detectado en el texto presentado por la consellera Rosselló a sus socios del Pacte. Los juristas consideran indispensable una revisión a fondo del nuevo borrador de la ley de biodiversidad para evitar contradicciones con la Constitución. Aunque Margalida Rosselló ha reconocido públicamente "lo hizo el pasado martes en el Parlament" que no entiende el retraso en la aprobación de la ley de biodiversidad por parte del Govern, la realidad es que nuevo borrador tiene pocas posibilidades de prosperar. Algunos miembros del Ejecutivo balear han descalificado en privado el texto que ha presentado Rosselló a sus socios del Pacte tras realizar varias modificaciones.

Fuentes del Govern han subrayado que el artículo 24 del borrador de la ley de biodiversidad impediría a un grupo parlamentario presentar en el Congreso de los Diputados solicitar la declaración de un parque nacional en Balears. Dicho artículo prevé que se declaren parques nacionales a iniciativa del Gobierno centro o del Parlament balear, pero no establece la posibilidad de que lo puedan solicitar los grupos parlamentarios. Este artículo, según los juristas, es inconstitucional.

Desde el Ejecutivo balear también ven grandes problemas jurídicos a la futura aplicación del artículo 9 de la ley de biodiversidad en los términos que está redactado en el actual borrador. El primer punto prohíbe matar, dañar y sacrificar intencionadamente a cualquier animal silvestre. «Si se aplicase este artículo los ciudadanos deberían ser sancionados por matar moscas o mosquitos», señalaron desde el Ejecutivo balear una vez examinado el borrador de la ley de biodiversidad.

El mismo artículo 9, en su punto segundo, establece la prohibición de alterar, recolectar, trasplantar o destruir intencionadamente la flora silvestre de Balears. Los juristas interpretan que la aplicación estricta de este artículo obligaría a sancionar, por ejemplo, a los ciudadanos que recogiesen espárragos o amapolas en el campo. Una vez detectados todos estos errores, el futuro de la ley de biodiversidad vuelve a estar en entredicho. De hecho, algunos integrantes del Pacte ya se mostraban partidarios de no tramitar la ley esta legislatura, a pesar de la insistencia y de las quejas en público de la consellera Rosselló.