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La Unidad Móvil de Emergencia Social (UMES) de Cruz Roja ha triplicado en su segundo invierno de actuación el número de intervenciones en ayuda a personas en situación de riesgo social que se encuentran en Palma, al pasar de 493 servicios la pasada temporada a 1.425 entre noviembre y marzo de este año. La directora autonómica de Actividades y Servicios de Cruz Roja, Marta Soler, presentó ayer el resultado del segundo año de este programa, que cuenta con un presupuesto de 5'3 millones, de los que el Govern aporta el 50% y la otra parte es financiada a partes iguales por Cort y el CIM.

Este invierno, añadió, también se han incrementado de 273 a 317 los usuarios diferentes atendidos durante las noches, 40 de los cuales, se ha detectado, viven y duermen permanentemente en la calle. Marta Soler explicó que la UMES recorre las calles de Palma y de su extrarradio «durante los meses invierno, de noche y día, prestando servicio a las personas que reclaman ayuda». Esta temporada se han ofrecido bebidas calientes y galletas, un total de 4.399 jeringuillas, 4.235 preservativos y 70 mantas durante la noche. Durante el día, la unidad móvil «facilita el acceso de los usuarios a la red social y sanitaria (81 ingresos en albergues o centros especializados) y les ayuda en la tramitación de los papeles que precisen».

Soler comentó que el perfil más común del usuario de este servicio es un varón, de entre 20 y 45 años, de nacionalidad española y sin problemas de drogas o alcohol. En cambio, entre las 40 personas localizadas que duermen en la calle «el 85% sí es alcohólico o toxicómano y, en su mayoría, padece algún trastorno mental asociado, mientras que un 12'5% vive en la calle porque quiere y el 2'5% restante corresponde a inmigrantes sin recursos».

Como dato curioso, destacó que «la franja de edad de estas personas que viven en la calle ha cambiado del invierno pasado a éste, y ha pasado de situarse entre los 20 y 45 años a centrarse entre los 45 y 70 años». Por último, informó de que el colectivo más habitual de las personas que demandan el servicio de la UMES de manera continuada es, por este orden, toxicómanos, alcohólicos, prostitutas, inmigrantes, personas de nacionalidad española (no mallorquines), seguidos de otros diversos.