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Tal y como adelantamos el pasado sábado, los Douglas, Michael y Catherine, estuvieron en Barcelona, invitados por el presidente de McLaren para que presenciaran el Gran Premio de España, del Campeonato del Mundo de Fórmula Uno, cuya primera posición se le escapó en la última vuelta a causa de una ruptura del motor de su bólido al finlandés Mika Hakkinen, piloto de esta firma. El sábado, el presidente de la citada marca automovilística y los Douglas estuvieron cenando en un restaurante de la parte alta de Barcelona.

También se cumplió el otro vaticinio: que conocieran al rey Don Juan Carlos. Porque lo conocieron. Fue antes de que la prueba diera comienzo, cuando unos y otros tomaban posiciones en la tribuna de invitados. Seguramente quedaron en verse en Mallorca, en agosto, cuando la Familia Real esté pasando las vacaciones y ellos lleguen para asistir al recital que Van Morrison dé en Costa Nord a primeros de ese mes. ¿Qué apostamos?

A su llegada a Palma, ambos lucían la gorra de McLaren. Y si cuando viajaron a Barcelona nos dio la impresión de que querían zafarse de la prensa, ahora fue todo lo contrario. Incluso hablaron para Korpa Televisión, manisfestando que acaban de comenzar las vacaciones en Mallorca y que Dylan, su hijo, está muy bien (el niño parece que se ha quedado con los padres de ella, en s'Estaca). «¿Dice ya 'papá' y 'mamá'?», preguntó Laura, la colega de KTV.

«No, todavía es muy pequeño», respondió Zeta, que, estaba claro que si tenía prisa por llegar a s'Estaca, era por Dylan, a quien no veía desde el viernes. Michael también las tenía por el mismo motivo, aunque lo disimulaba mejor.