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El Consell Insular de Mallorca aprobó ayer iniciar la tramitación para construir un depósito con el fin de almacenar las cenizas que generan la incineradora de Son Reus. La instalación, con un presupuesto de 447 millones, tendrá una capacidad para almacenar 420.000 metros cúbicos. El Consell calcula que cada año se generan unas 15.000 toneladas de cenizas.

La institución insular ha zanjado uno de los problemas históricos producidos por el tratamiento de los residuos. Desde la puesta en marcha de la incineradora todas las cenizas generadas han tenido que almacenarse en bolsas en los mismos terrenos de Son Reus. Esta solución provisional se planteó ante la oposición frontal de algunos partidos del Pacte de Progrés, especialmente del PSM y EU, a instalar un vertedero de cenizas en Petra. Para Munar, aquella propuesta, planteada cuando en el Consell gobernaba el PP, tampoco tenía ningún sentido. «Lo más lógico era almacenar las cenizas cerca de la incineradora, que es lo que ahora ha decidido el Consell», apuntó.

Según la presidenta del Consell, la propuesta de construir un gran depósito para cenizas en Son Reus ha sido aceptada por todos sus socios de gobierno. No obstante, Munar recordó que «había gente que antes se colgaba de la incineradora y se ha dado cuenta de que cada día se genera más basura». Munar se refería claramente a la postura del PSM, quien advirtió que la toxicidad de las cenizas suponían un alto riesgo para la población. El Consell calcula que el depósito para depositar cenizas podrá estar en funcionamiento dentro de un año. La institución insular ha tenido que adquirir unos terrenos colindantes a Son Reus para poder construir la nueva instalación, que ya fue aceptada por el Govern cuando modificó el plan de residuos.

Todas las cenizas que en la actualidad están almacenadas en bolsas también serán trasladadas hasta el depósito cuando esté en funcionamiento. El Consell desconoce cuántas toneladas de cenizas han llegado a amontonarse desde que la incineradora de Son Reus comenzase a funcionar. Una de las soluciones que llegó a plantearse para acabar con las cenizas fue su traslado en barco hasta la Península. Esta opción fue descartada por su alto coste.