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Fernando Fernández, del Coll d'en Rabassa, es el relojero de 'en Figuera' desde hace más de 30 años y artífice de que siga funcionando, pues de no haber sido por él posiblemente habría sido substituido por otro más moderno, electrónico o digital. Porque 'en Figuera', a cuyo campanario ascendimos ayer, funciona desde 1863.

Construido por un tal Collin, sucesor de Wagner, fue instalado por orden del Ayuntamiento palmesano por el relojero Vicat.
Se trata de un reloj mecánico "incluso lo sigue siendo hoy", con cuerda eléctrica, y con una reserva de 24 horas gracias a un sistema que implantó en él Fernández y que hasta la fecha ha funcionado sin error alguno.

"Por eso, no me hable usted del efecto 2000, pues yo no creo en brujerías. Si no lo sabotea nadie, 'en Figuera', mañana por la noche "esta noche para el lector", a las doce en punto, marcará el cambio de año.

Incluso si hubiera un apagón antes de la medianoche de mañana "hoy para el lector" que se prolongara por espacio de dos o tres horas, no habría problemas, pues, como le he dicho, tiene reserva de cuerda por espacio de 24 horas, y la medianoche de mañana "especifica" está instalada cómodamente en dicha reserva.

Fernando Fernández, relojero descendiente de familia de relojeros, de los de cuerda, que no automáticos, y que estos días está arreglando el del campanario de Calvià, nos enseña cómo funciona 'en Figuera', desde la esfera que aparece en el salón de sesiones de Cort hasta el campanario, ubicado en la parte más alta del edificio municipal, pasando por la esfera de la fachada.

Y nos enseña, sobre todo, el intríngulis de varillas y engranajes que comunica cada una de sus partes, desde el principio al fin; igualmente, nos muestra la vieja manilla con la que hasta su llegada se le daba cuerda manualmente y que ha sido sustituida por un sistema de cuerda automático creado de forma artesanal por él, instalado en un pequeño habitáculo cuyo techo, humedecido por las goteras, se mantiene en su lugar de milagro, por lo que no estaría de más arreglarlo.