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Las últimas declaraciones del presidente del Gobierno, José María Aznar, sobre el proceso de paz realizadas en Tierra Santa no han tardado en levantar reacciones del resto de fuerzas políticas y, especialmente, de los nacionalistas vascos. Aznar aseguró en referencia al PNV que ni los que mandan camiones con explosivos ni quienes pactan con ellos conseguirán parar la paz.

A medida que nos aproximamos al comienzo del nuevo año se aprecia cada vez más una tendencia en el presidente a endurecer su postura en todo cuanto se refiere al proceso de pacificación de Euskadi. Sin duda ha contribuido a ello el anuncio de la ruptura de la tregua por parte de ETA. Aunque también parece que la proximidad de los comicios generales puede haber influido en este cambio de posicionamiento, algo más electoralista y menos moderado.

También es verdad que el PNV ha adoptado posiciones de una cierta ambigüedad en todo este tiempo, lo que le ha llevado a una difícil situación e, incluso, en algunos casos se ha hablado de una crisis de identidad del nacionalismo moderado.

Aznar intentará conseguir el consenso con el partido que le es más próximo en cuanto a sus planteamientos sobre el nacionalismo, el PSOE, aunque como señalaba Alfredo Pérez Rubalcaba, los socialistas no piensan ofrecer un cheque en blanco, sino que piensan que se trata de buscar espacios de consenso.

El problema vasco ciertamente precisa de muchas dosis de diálogo, pero en este momento, en vistas de lo que se avecina el próximo mes de marzo, parece que lo fundamental es la cuestión electoral. Es como si todos se situaran en la línea de salida, sin pensar en las consecuencias de esta falta de diálogo en un momento tan crítico.