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PEDRO PRIETO En la noche de: «Todos hemos ganado...», sobre las 21'30 horas, los síntomas no presagiaban muy buenos augurios para el PP en Estudio General Luliano, mientras los técnicos, en la calle, terminaban de montar el tinglado donde se suponía tenían que hacer la merendola los que habían estado trabajando durante todo el día. A esas horas apenas había simpatizantes en la sede del PP, y las declaraciones del portavoz se posponían hasta pasadas las once de la noche. Mientras tanto, los periodistas desplazados en la sede del PP dábamos cuenta de una frugal cena consistente en coca, cocarrois, patatilla y coca-cola.

De pronto apareció Berastáin, quien afirmó: «Nos quedamos con 27-28 en la Comunidad y 13-14 en Cort». Eran las 21'30, cuando la orquesta comenzaba a sonar y se anunciaba que se había ganado en Deià y Sencelles. Pero, ¡cuán larga era aún la noche! Porque hasta las once sólo existía un contínuo baile de cifras. Salvo que Ripoll era ya eurodiputado, Balears, Mallorca y Palma estaban aún en el alero. O para ser más exactos, a las once, estaba más en el alero Palma, que Mallorca y Balears. Tal vez por eso nadie se atrevía a vaticinar nada. Aún era pronto, insinuaban algunos. «Hay que esperar», pensaban otros.

A las 23'45 horas, mientras el porcentaje de los votos escrutados aumentaba, los concejales y diputados del PP, de Palma y Parlament iban descendiendo. Catalina Cirer, a través de la pequeña pantalla, le estaba empezando a dar la razón a Berastáin: 14 escaños del PP en Cort, y 28 en el Parlament. Entre tanto, la orquesta se había marchado. Sin embargo, diez minutos después se obra el milagro. El PP conseguía los 15 escaños de Cort, que se harían oficiales hora y media después, mientras que el PP, en el Parlament, se queda a dos de la mayoría absoluta.