La reina Sofía saluda a la salida de la Seu, acompañada por el Rey. FOTO: TOMÁS MONSERRAT.

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Un año más, los Reyes asistieron a misa de Pascua en la Catedral. Pero a diferencia del año anterior, en éste no estuvieron presentes los duques de Lugo, de viaje estos días. En la puerta del templo les aguardaban el obispo de Mallorca y varios canónigos, quienes les dieron la bienvenida. Una vez en el interior del templo, y camino de sus asientos en primera fila, arreciaron las muestras de cariño por parte de los allí reunidos, a quienes respondían con saludos y algún que otro apretón de manos.

Dijo la misa Baltasar Coll, pronunciando una bella homilia en la que recordó no sólo a los que sufren en Europa sino también a quienes los hacen sufrir, recordando que todo tiene perdón siempre que haya arrepentimiento.

Su Majestad, intuyendo que de un momento a otro podía aparecer el sacristán con la bandeja, extrajo de su bolsillo tres billetes "¿de diez mil? Lo siento, pero no pude precisar el color, pues me pillaba un poco lejos" que entregó, uno a su esposa, otro al príncipe de Asturias y otro a la duquesa de Palma, quienes a su vez los depositaron en la cestita.