Policías antidisturbios reprimían ayer los enfrentamientos entre seguidores de Hamás y de Al Fatá.

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EFE-GAZA
La tensión en las calles palestinas por los enfrentamientos entre seguidores de Hamás y Al Fatah está alcanzando cotas sin precedentes y hace temer el estallido de una guerra civil.

La lucha entre facciones, que esta mañana se remitía a las acusaciones hechas por los dirigentes en los medios de comunicación, llegó a las calles de Cisjordania y Gaza, donde al menos una persona ha muerto y más de 35 resultaron heridas.

El Movimiento de la Resistencia Islámica (Hamás) acusaba a Mohamed Dahlán, dirigente de Al Fatá de estar detrás de lo que calificó de intento de asesinato del primer ministro, Ismail Haniye, cuya comitiva fue tiroteada por desconocidos después de que este último cruzara el jueves la terminal de Rafah.

Tras las acusaciones, que según miembros de Al-Fatá tienen por objeto explotar la situación en la víspera de un importante discurso que pronunciará mañana el presidente, Mahmud Abás, los seguidores de ambos grupos se lanzaron a las calles.

En los enfrentamientos registrados en Cisjordania y Gaza resultó muerto un joven de 18 años en Jenín, y heridas más de 35 personas, la mayoría miembros de Hamás que fueron tiroteados en Ramala por fuerzas de seguridad leales al presidente Abás cuando recordaban el 19 aniversario de la creación del movimiento islámico.

Entretanto, Abás ha aprobado crear una comisión independiente que investigue el tiroteo contra la comitiva de Haniye, en el que resultó muerto un guardaespaldas del primer ministro y otras 20 personas heridas.

El jefe de Negociaciones de la OLP, Saeb Erekat, indicó que Abás ha dado instrucciones al ministro del Interior, Said Siam, del movimiento Hamás para que forme una comisión de investigación independiente.