TW
0

Un terrorista suicida hizo estallar ayer una bomba adosada a su cuerpo cerca de una gasolinera y mató a 56 personas e hirió a otras 90 en el peor atentado registrado hasta ahora contra civiles.

El ataque contra la patrulla británica se produjo alrededor de las 2:30 horas locales en la ciudad de Amarah, provincia de Maysan, a unos 290 kilómetros al sureste de Bagdad y eleva a 92 el número de bajas mortales en Irak entre las filas del personal británico de forma violenta, en accidentes o por causas naturales. La Policía iraquí informó de que tres soldados británicos resultaron heridos al estallar una bomba colocada al paso de una patrulla del Ejército británico. En Londres, un portavoz del Ministerio de Defensa añadió que otros dos soldados habían resultado heridos, pero precisó que sus vidas no corrían peligro. Al menos ocho iraquíes murieron después de que dos suicidas se inmolaran en el interior de una mezquita cercana a la ciudad sureña de Hilla, durante las oraciones de la tarde, informó Al Yazira.

El terrorista suicida se metió entre una multitud de chiíes y detonó el explosivo, que llevaba oculto entre sus ropas, cerca de la gasolinera de El Messeb, localidad situada a unos 60 kilómetros al sur de Bagdad.

Un portavoz del Ministerio de Interior iraquí calificó el atentado «como la mayor acción terrorista contra civiles» perpetrada hasta el momento en su país. La gasolinera se encontraba situada cerca de una mezquita chií donde se congregaban multitud de fieles para la oración del atardecer. Al parecer, el terrorista suicida detonó su explosivo junto a un camión cisterna que se acercaba a repostar en ese momento a la gasolinera. La explosión provocó un incendio, que alcanzó a varias casas cercanas.

El Messeb se encuentra dentro del llamado «triángulo de la muerte», un cinturón de localidades con población mixta chií y suní, donde los grupos rebeldes suníes son muy activos.

Los atentados contra aglomeraciones chííes no suelen ser reivindicados, pero normalmente se atribuyen a los grupos que están en la órbita de Al Qaeda y del jordano Abu Musab al Zarqaui.

Pero además, la violencia en Irak segó en distintos puntos del país la vida de al menos una ventena de personas, entre ellas tres soldados británicos a los que alcanzó una bomba colocada en una carretera.