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Activistas de la derecha nacionalista israelí bloquearon el tráfico en las principales carreteras de Israel en protesta por el Plan de Desconexión, que entrará en vigor el próximo 15 de agosto y que prevé el desmantelamiento de los 21 asentamientos judíos en Gaza y de cuatro al norte de Cisjordania.

Otras 50 personas fueron arrestadas en la aldea israelí de Sderot, blanco frecuente de los cohetes Kassam lanzados por los milicianos palestinos desde la franja de Gaza.

A pesar de los esfuerzos de la Policía, que movilizó a miles de agentes, los activistas de la derecha, la mayoría jóvenes y niños con banderas naranjas (el color del movimiento colono), bloquearon la entrada a Jerusalén, la carretera que rodea Tel Aviv y varios otros cruces claves de Israel.

Agentes policiales detuvieron a 55 activistas en Jerusalén, donde han dispersado a los manifestantes con chorros de agua y cerrado la ciudad desde primeras horas de la tarde.

A pesar del despliegue policial, del abundante material antidisturbios y de las detenciones, los activistas lograron paralizar el tráfico en varios puntos de Israel, incluso en la autopista de Ayalon que rodea Tel Aviv.

«Esas bandas de delincuentes son un peligro para el carácter democrático y judío de Israel», dijo el primer ministro israelí, Ariel Sharón, en una reunión con los ministros del Gabinete de Seguridad. La indignación en medios oficiales, e incluso entre los dirigentes de los asentamientos judíos de Cisjordania y Gaza, se avivó cuando un grupo de extremistas derramó esta mañana aceite y clavos en la carretera entre Tel Aviv y Jerusalén.

Los enfrentamientos entre las fuerzas israelíes de seguridad y los opositores al Plan de Desconexión se repitieron también en la franja de Gaza, donde la Policía israelí arrestó a siete activistas de la derecha israelí.