TW
0

El Gobierno alemán recurrirá al aumento de impuestos y del endeudamiento para afrontar una situación presupuestaria, que el canciller, Gerhard Schröder, calificó ayer de «difícil» y sin visos de mejora inmediata. «La situación presupuestaria actual es difícil debido a la adversidad coyuntural y a la reducción de la recaudación fiscal. No sólo no hay indicios de que vaya a mejorar a corto plazo, sino que la inseguridad en el plano internacional crea aún más irritación», dijo Schröder, visiblemente afanado por dar una visión realista de la situación.

La coalición gubernamental ha decidido afrontar la crisis presupuestaria con una serie de medidas basadas fundamentalmente en aumentar el endeudamiento y los impuestos. Concretamente, el proyecto fiscal, que será sometido a la aprobación del Consejo de Ministros el próximo miércoles, contempla la introducción de un impuesto sobre los beneficios resultantes de la venta de acciones y de inmuebles, a un tipo fijo del 15 por ciento y un levantamiento del secreto bancario.

En el caso de los inmuebles, el plazo máximo en que una venta estaba sujeta a gravamen era de diez años. Sin embargo, la venta de edificios y terrenos seguirá libre de impuestos si se trata de inmuebles utilizados con fines privados. Además, Schröder pedirá a los miembros de su Gobierno en el Consejo de Ministros del próximos miércoles que renuncien a un aumento de sueldo el año próximo.

Con este nuevo impuesto, cuya entrada en vigor está prevista para el 1 de febrero de 2003, siempre y cuando sea aprobado por ambas cámaras legislativas -la oposición tiene la mayoría en la Cámara Alta-, el Gobierno espera recaudar anualmente unos 650 millones de euros. Esta cantidad es relativamente insignificante si se tiene en cuenta que el Gobierno ha calculado el agujero presupuestario de 2003 en 18.900 millones de euros.