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JOSÉ MANUEL SANZ-BRUSELAS El sector aéreo europeo afronta una auténtica revolución después de que el Tribunal de Justicia de la UE declarara ayer ilegales los acuerdos bilaterales suscritos por ocho países de la Unión con EE UU. Cuatro años después de que la Comisión Europea denunciara los acuerdos, los jueces le han dado la razón en una sentencia «histórica» que abre una brecha para la introducción de compañías de bajo coste, como Virgin o Ryanair, en el lucrativo transporte aéreo transatlántico.

La vicepresidenta de la Comisión, Loyola de Palacio, encargada de la cartera de Transportes en el Ejecutivo comunitario, celebró la decisión judicial como «un hito de la construcción europea» por sus implicaciones institucionales, su impacto para la consolidación del sector aéreo europeo y el impulso que puede dar a un proyecto como el Cielo Único. Es, además, la primera vez que el Tribunal apoya a las autoridades de Bruselas en un pleito contra tan elevado número de estados miembros, nada menos que ocho: Alemania, Àustria, Bélgica, Dinamarca, Finlandia, Luxemburgo, Reino Unido y Suecia.

Otros cuatro, Italia, Francia, Portugal y Holanda, están a punto de ser denunciados por los mismos motivos. Sólo España, Irlanda y Grecia se han librado de la acción de la Comisión. En sus sentencias de ayer, el Tribunal de Luxemburgo considera que los acuerdos bilaterales suscritos por esos países con EE UU son discriminatorios porque incluyen una «cláusula de nacionalidad» que restringe los derechos de tráfico internacional a determinadas compañías nacionales de los estados que los firman. Además, el Tribunal ha confirmado que es la Comisión, y no los gobiernos individuales, la autoridad competente para negociar con un país tercero los principales aspectos del transporte aéreo.