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La imposibilidad de encontrar un socio gubernamental tras la salida el pasado miércoles del Partido Laborista (PL) del Gobierno, decidió ayer al primer ministro a anunciar elecciones anticipadas «la opción menos mala y responsable», según dijo en una precipitada conferencia de prensa convocada tras su reunión con el presidente de Israel, Moshe Katsav. El primer ministro llegó a la conclusión de la conveniencia de adelantar las elecciones y de disolver el decimoquinto Parlamento, aunque «las elecciones son la última cosa que este país necesita ahora mismo», comicios que justificó «por el chantaje de la ultraderecha que no me ha dejado otra opción».

Sharon calificó la salida del Partido Laborista del Gobierno de Unidad Nacional de «irresponsable» y tuvo duras palabras contra el partido ultraderechista Unión Nacional Israel-Beitanu con quien intentó una alianza gubernamental, pero le exigía "según dijo" el rechazo del plan de paz con los palestinos diseñado por EE UU y cambiar las líneas básicas de Gobierno. «No tengo intención de cambiar los líneas de Gobierno, no pienso perjudicar los entendimientos con Estados Unidos, ni pienso cambiar el Presupuesto General del Estado», subrayó.

Sharon no mencionó la fecha de los comicios y al ser preguntado por los periodistas, dijo que se celebrarán a principios de febrero. Sin embargo, la Oficina Jurídica del Parlamento de Israel informó más tarde que se celebrarán el próximo 28 de enero de 2003, al contar desde ayer los 90 días preceptivos y que tengan lugar en martes, como establece la ley. De la negativa de su contrincante en el Likud, Benjamín Netanyahu, a aceptar la cartera de Exteriores que hasta ahora ocupaba el laborista, Simón Peres, Sharon dijo que «en estos momentos difíciles tendría que haber aceptado como lo ha hecho Saúl Mofaz», que fuera jefe del Estado Mayor del Ejército y que ayer mismo juró como nuevo ministro de Defensa.

Sin embargo dos horas más tarde, Netanyahu anunció en otra rueda de prensa su disposición a aceptar la cartera de Exteriores del nuevo Gobierno interino en lo que los analistas israelíes, consideran un movimiento necesario para no quedarse fuera de juego ante las elecciones primarias del Likud que se celebran este mes y en las que se enfrentarán ambos líderes. «Sabemos que estamos en la peor situación de seguridad, sabemos que estamos a punto de una guerra con Irak....le he dicho al primer ministro ahora mismo que estoy dispuesto...a aceptar el cargo de ministro de Exteriores», aseguró Netanyahu.