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EFE-JERUSALÉN/WASHINGTON La invasión israelí de Ramala el día que debía reunirse el nuevo Gobierno palestino mientras el primer ministro de Israel, Ariel Sharon, se entrevistaba en Washington con el presidente norteamericano, George W. Bush, pone de manifiesto que existen muchos planes y poca paz. Decenas de carros de combate y vehículos blindados israelíes irrumpieron la en la ciudad cisjordana de Ramala y las localidades vecinas de El Bire y Betunia.

Al despuntar este lunes, el 90 por ciento de Ramala, la capital administrativa de Cisjordania, estaba en manos israelíes y las tropas rodeaban de nuevo la «Mukata» (sede de la gobernación palestina) donde se encontraba el presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Yaser Arafat. Fuentes palestinas dijeron que las fuerzas israelíes destruyeron los pocos edificios que quedaban en pie en el recinto, aunque portavoces militares aclararon que se trataba de instalaciones ya destruidas y cuyos escombros fueron removidos por las excavadoras del Ejército.

Con el apoyo táctico de helicópteros «Apache», las tropas israelíes impusieron el estado de sitio en toda la ciudad, con lo que impidieron que el nuevo Gabinete palestino celebrara ayer su primera reunión con Arafat, después de que anunciara el domingo su composición. Al menos 30 palestinos, entre ellos dos sospechosos de planear atentados suicidas fueron arrestados en las redadas casa por casa que lleva a cabo el Ejército israelí.

La presencia de las tropas israelíes en el vecino campo de refugiados de Al-Amari desencadenó también intensos combates en los que murió al menos un palestino y dos soldados israelíes resultaron heridos. Las fuerzas israelíes también efectuaron varias incursiones en las últimas 24 horas en los distritos de Tulkarem, Kalkilia y Hebrón, donde arrestaron a otros nueve palestinos.

La operación militar en Ramala se produce en el momento en que Arafat muestra signos de avenirse a las presiones internacionales con las reformas políticas de su Gobierno. «La invasión de Ramala es la carta que Sharón dirige a Arafat en la que rechaza las reformas de su Gobierno y los esfuerzos palestinos para volver a las negociaciones», manifestó, por su parte, el ministro palestino de Gobernación Local, Saeb Erekat.