La bomba que impactó en el hospital de Belgrado provocó un gran incendio.

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FRANCE PRESS - EFE La OTAN reconoció ayer haber causado daños por error en un hospital y en las residencias de los embajadores de España y Suecia en Belgrado, mientras Moscú trataba anoche de acercar posturas con representantes de la comunidad internacional en la salida política del conflicto de Kosovo.

La OTAN reconoció que atacó un cuartel del ejército en Belgrado, situado a menos 500 metros de un hospital con un balance, según fuentes serbias, de al menos cuatro muertos; además resultaron dañadas las residencias de los embajadores de España y Suecia en la capital yugoslava.

Según el portavoz de la OTAN, Jamie Shea, la Alianza puede confirmar que una de las bombas lanzadas se desvió «1.500 pies» (unos 450 metros) del objetivo y se investigan «las consecuencias» de ese incidente, aunque aseguró que no se exceptuará ningún objetivo valioso desde el punto de vista militar por el mero hecho de que éste se encuentre en una zona habitada.

El último incidente lo produjo «un fallo técnico» en uno de los siete misiles inteligentes lanzados por los aviones aliados contra un cuartel militar serbio en Belgrado, que provocó daños colaterales por la onda expansiva en la residencia del embajador de España en Belgrado.

Hace apenas una semana, un error de la OTAN provocó la muerte de, al menos, 100 civiles en la localidad kosovar de Korisa, situada al norte de Prizren. Los aviones aliados llevan castigando tres días a las fuerzas militares serbias desplegadas en esta zona. El incidente se produjo porque los pilotos estaban convencidos de que se estaba atacando una concentración de tropas cuando en realidad era una concentración de refugiados. «Atacamos un objetivo legítimo», afirmó la Alianza.