Acto de protesta para exigir el cese de los bombardeos sobre Serbia. FOTO: A.SEPÚLVEDA.

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M. CARMEN ROMERO - MORINA Tres niños, la madre y la abuela de éstos murieron a las 02.45 hora local y española de ayer, a unos 30 metros de Albania, pero todavía en suelo kosovar, cuando el vehículo en el que viajaban siete miembros de una familia procedente del norte de Kosovo explotó sobre una mina. Los otros dos ocupantes, el padre y otro niño de quince años, resultaron gravemente heridos. Ambos «están muy graves», informó Owen O'Sullivan, jefe de la misión de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) en el paso fronterizo de Morina.

O'Sullivan, por su parte, recordó que «los serbios han estado minando estos últimos días toda la zona fronteriza y muchos de los refugiados no lo saben. Además, en la oscuridad todo es más confuso». Los serbios minan la frontera para evitar provocaciones por parte del Ejército de Liberación de Kosovo (UCK), que tiene bases en el norte y nordeste de Albania, o la eventual incursión de la OTAN.

Por otra parte, la OTAN afirmó ayer que tiene prueba de la existencia de 43 fosas comunes en Kosovo y de que continua la limpieza étnica practicada por las fuerzas serbias. El portavoz militar de la Alianza Atlántica, Giussepe Marani, afirmó que, a diferencia de lo ocurrido en Bosnia, en la región de Kosovo se han detectado tumbas alineadas, «como sepulturas individuales, colocadas hacia el sudeste, hacia la Meca». La misma fuente dijo asimismo que los refugiados que han huido de Kosovo han narrado también algunos episodios de atrocidades y «humillaciones contra las mujeres».