Pedro Sánchez celebra sus resultados pese a su descenso. | SERGIO PEREZ

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El PSOE ha vuelto a ganar las elecciones, pero España es hoy un poco más ingobernable. Es una victoria agridulce. El Partido Popular recupera 21 diputados, pero se queda lejos de su principal rival, pese a la euforia mostrada por Pablo Casado en la sede central del partido. Podemos aguanta, resiste el envite y contempla como Más País obtiene como único botín dos diputados en Madrid y uno en Valencia. La gran revolución electoral de la noche es sin duda el estrepitoso fracaso de Ciudadanos, que se queda solo con diez diputados de los 57 que obtuvo en abril. Dice el tópico que las elecciones son la fiesta de la democracia. Este domingo, y es una pésima noticia para la democracia, Vox dio un salto cualitativo abismal. Pasó de 24 a 52 diputados y se ha convertido ya en la tercera fuerza política en el Congreso.

Pedro Sánchez aseguró que en esta oportunidad formará gobierno sí o sí, aunque no lo tendrá nada fácil. De hecho, será entre complicado e imposible. La aritmética electoral es clara y Sánchez, además de necesitar el apoyo de Podemos y Más País, deberá negociar el voto favorable o la abstención de los soberanistas. Y no será fácil conseguirlo. Sánchez ha conducido al PSOE a la tercera victoria en un año, pero también ha sido capaz de conseguir el absurdo de convocar unas elecciones y obtener peores resultados. Insólito. Y que nadie descarte el gran pacto PSOE-PP. Es posible, aunque yo soy de los que piensan que poco probable.

Casado y sus incondicionales exhibieron alegría. Obtener 21 diputados más que hace siete meses es un buen resultado, aunque quedarse a más de 30 escaños del PSOE debe ocupar y preocupar a los conservadores.

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Vox ha obtenido unos resultados extraordinarios. El mensaje claro, directo y valiente de Santiago Abascal ha calado entre muchos españoles. Más de 3,6 millones de votos avalan el joven proyecto de Vox. El Partido Popular y Ciudadanos han blanqueado a la ultraderecha y PSOE e incluso Podemos no han sabido aislarla.

Podemos ha aguantado con dignidad y es ya una fuerza consolidada, con una importante implantación territorial. Más País, que ha obtenido tres escaños -contando el de Compromís- le ha ‘robado' algún diputado, pero Pablo Iglesias ha salvado una pelota de partido.

Ciudadanos está KO. Celebrará un congreso extraordinario, pero después de perder 47 diputados Albert Rivera solo puede optar por la dimisión y el adiós. Intentar continuar en el cargo sería tan estrambótico como inútil.