Desde julio esta pareja de jóvenes agricultores ha asumido la gestión de S’Aranjassa, propiedad del hotelero Sebastià Triay Fayas. | Gemma Andreu

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El desarrollo sostenible de Menorca se ha basado en la idea de que es posible conservar su capital natural y cultural, sin tener que comprometer su futuro. Una apuesta por la sostenibilidad desde hace décadas, en la que el campo menorquín siempre ha jugado un papel decisivo tanto en el mantenimiento de la población agraria y sus explotaciones como también en su contribución a la estructuración del paisaje de buena parte del territorio interior de la Isla. La finca de S’Aranjassa en Es Mercadal, propiedad desde 2018 del empresario hotelero Sebastià Triay Fayas y su mujer Antònia Amorós Salord, es un ejemplo reciente del sector agrícola-ganadero que este año ha puesto en marcha una iniciativa de visitas turísticas para dar a conocer las costumbres y oficios del campo de Menorca, que sirven como complemento a su labor principal de elaboración y comercialización de queso artesano.

FINCA. S’Aranjassa es una finca rural muy conocida ubicada en las cercanías de Es Mercadal, en pleno Camí d’en Kane, a los pies de la montaña de Monte Toro. Una finca de 90 hectáreas, 80 de las cuales son cultivables, la mayoría para forrajes y cereales, el resto para el pastoreo, ya que se encuentran en un terreno en pendiente. La cabaña ganadera la conforman unas 70 vacas de raza frisona, que se destinan a la producción de leche que sirve para hacer queso artesano, además de una cincuentena de cerdos, que se alimentan de los restos del suero que se produce durante la elaboración del queso, y unos cuantos corderos.

Laura Rotger Triay y Fel Moll Ramon son dos jóvenes de 23 y 27 respectivamente que desde este verano han asumido la gestión de la finca como payeses al frente de la explotación. Pese a su corta edad, ambos han crecido en un entorno rural y acumulan una larga experiencia y, sobre todo, mucha ilusión en este nuevo proyecto que tienen encomendado. Fel Moll sale de una familia payesa, ya que su padre también era campesino y antes de asumir su nueva ocupación estuvo siete años trabajando en la finca de Binigarba, en Ciutadella. Para Laura Rotger es un tema más vocacional, ya que siempre había soñado con poder trabajar en una finca y con 14 años ya compaginaba sus tareas escolares con su trabajo en una explotación por las tardes.

Laura Rotger y Fel Moll
En S’Aranjassa elaboran queso artesano de la D.O. Mahón Menorca con leche cruda recién ordeñada.

En el caso de S’Aranjassa, Sebastià Triay Fayas ha constituido una Sociedad Rural Menorquina (SRM) con ellos mediante un contrato con el que la finca será explotada, lo que implica que se trata de una sociedad civil constituida por dos socios, el titular o propietario y el cultivador o campesino. Ambos jóvenes cuentan también con la ayuda de un «missatge» o trabajador del campo para sobrellevar mejor las tareas diarias que son muchas y de sol a sol los 365 días al año.

ACTIVIDAD. En la finca de S’Aranjassa se ha elaborado queso de forma tradicional desde 1946, pero la maduración no se realizaba en la propia finca, sino que se vendían las piezas a un madurador. Esto ahora ha cambiado, ya que desde hace poco cuentan con una nueva sala de maduración y una tienda como nueva vía de ingresos para la venta directa. La leche recién ordeñada pasa directamente a la quesería que tienen en la finca, donde Fel y Laura se encargan a diario de la producción de queso artesano con leche cruda en dos acabados: semicurado, que se puede vender a partir de las ocho semanas, y curado, que son veinte semanas. El queso se puede adquirir directamente en la finca, pero también cuentan con algunos puntos de venta en tiendas de Menorca y el apoyo de un distribuidor para Mallorca. En la pequeña tienda que han abierto también comercializan productos de la propia huerta y embutidos típicos que provienen de las otras dos fincas que Sebastià Triay dispone en Menorca, Biniatzem en Es Migjorn y Son Marc, en Ciutadella. Uno de los nuevos proyectos que tienen en cartera próximamente es la elaboración y comercialización de mantequilla y requesón que son productos derivados de la leche bajo la marca de S’Aranjassa.

Quesos de s'Aranjassa
Disponen de un secadero para la maduración y de una tienda donde comercializan productos.

EXPERIENCIA. De las experiencias turísticas se encarga sobre todo Laura Rotger, que recibe a los turistas que se paran en S’Aranjassa atraídos por el cartel que les invita a entrar a las puertas de la finca, o por el descubrimiento a través de las redes sociales que ella misma ha abierto y gestiona en Instagram. «El camí de Kane es un camino histórico de Menorca que cruza el paisaje rural interior de la mitad oriental de la Isla y que en temporada alta es muy transitado, lo que nos ayuda a todas estas visitas», explica Laura. La experiencia empieza en la quesería para que puedan conocer el proceso de elaboración del queso, donde se les explica todo el procedimiento, así como las diferentes características que dan personalidad al queso con denominación de origen Mahón-Menorca. Posteriormente se pasa a la sala de maduración y se les hace una pequeña degustación de los dos quesos que ellos comercializan. Finalmente, se les hace un recorrido para ver las vacas pastando y especialmente los pequeños terneros, que se convierten en los más fotografiados.

En estos momentos están habilitando un nuevo espacio para acoger a los terneros y en breve también tienen previsto que se puedan visitar las dependencias de la antigua casa con sus distintas habitaciones para que la experiencia sea todavía más enriquecedora, con los elementos ancestrales del campo de Menorca. «Queda trabajo por hacer en la finca y hay un proyecto a largo plazo de crear unas estancias, pero hasta la fecha, hemos tenido muchas visitas que llegan encantados de habernos descubierto en medio de la nada y que se van maravillados por haber podido vivir una experiencia rural auténtica y verdadera sin trampa ni cartón», añade Laura Rotger. Es todavía pronto para hacer balance y incluso les quedan muchas ideas en mente para poner en marcha pero ilusión y ganas nos les falta.