Una treintena de escritores han participado este jueves en Can Alcover en la protesta contra los Premis Ciutat de Palma en castellano. | Jaume Morey

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Hace casi veinte años, Antònia Vicens, entonces vicepresidenta de la Associació d’Escriptors en Llengua Catalana (AELC), pidió en el pleno del Ajuntament de Palma que Cort revocara la decisión de convocar los Premis Ciutat de Palma en castellano. Una propuesta que contaba con el apoyo del PEN Català y la Obra Cultural Balear (OCB). Dos décadas después, con varios vaivenes normativos según el color del consistorio, las tres entidades vuelven a unir esfuerzos para protestar contra la inclusión del castellano en las modalidades de novela y poesía. El acto se ha celebrado este jueves en Can Alcover, donde antaño también se habían manifestado los escritores, proponiendo una suerte de Sant Sebastià literario.

En la acción, titulada Lectures per la llengua: per uns Premis Ciutat de Palma en català, han participado una treintena de autores, todos ellos ganadores de los premios Llorenç Villalonga de Novel·la y Joan Alcover de Poesia, como Neus Canyelles –colaboradora de este periódico–, Antoni Vidal Ferrando, Antònia Vicens, Miquel Cardell, Pere Perelló Nomdedéu, Rosa Calafat o Joan Mas i Vives. Asimismo, otros escritores no premiados leyeron fragmentos de obras distinguidas. De esta manera, Laia Malo leyó una pequeña parte de Quilòmetres de tul per a un petit cadàver, novela de Vicens reconocida en 1981; Miquel Àngel Llauger recitó versos de Atletes de la fuga, de Joan Manuel Pérez Pinya –fallecido en 2022–, ganador del Joan Alcover de Poesia en 2018 y Josep Maria Vidal-Illanes –vicepresidente en las Islas del PEN Català–, entonó algunos versos de Informacions meteorològiques, con el que Miquel Cardell ganó en 2010. Todo ello amenizado por Pilar Arnau como maestra de ceremonias.

Manifiesto

El presidente de la AELC, Sebastià Portell; Vidal-Illanes y el presidente de la OCB, Joan Miralles, han sido los encargados de leer el manifiesto conjunto. En el texto, recordaban que en 1977 los Ciutat de Palma se convirtieron en «un referente por la defensa y divulgación de la lengua catalana cuando se decidió que fueran exclusivamente en catalán, rompiendo así la tendencia instaurada en 1958, en plena dictadura franquista». «Esto se mantuvo durante veintiséis años, en coherencia con la defensa de la lengua propia que posteriormente proclamaron el Estatuto de Autonomía y la Llei de Normalització Lingüística».

Así las cosas, «hoy tenemos que lamentar los continuos ataques a nuestra lengua por parte de las instituciones públicas de estas Islas, algo que supone menospreciar los cerca de ochocientos años de historia que nos hermanan con la lengua y la cultura catalanas».

La AELC, el PEN y la OCB consideran que «hoy el Partido Popular ha cedido ante Vox, un partido que contribuye a radicalizar las posiciones populares en temas de lengua», algo que se materializa, entre otras prácticas, en la «creación de una oficina de persecución del catalán», «la eliminación de subvenciones a entidades defensoras de la lengua y la cultura propias» o «la propuesta de segregación lingüística en los centros educativos».

Por todo ello, reclamaron que las instituciones públicas «recuperen el respeto» al catalán, que «se paren inmediatamente las agresiones y la persecución de la lengua propia» y que se restablezcan los Ciutat de Palma exclusivamente en catalán. A su vez, mostraron su solidaridad con el movimiento La llengua no es toca. En definitiva, clamaron por el «retorno a un consenso lingüístico que nunca se debería haber perdido».