Un instante de la obra teatral 'Loquis', adaptada a cómic por Tomeu Pinya.

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«Me sorprendió muchísimo y me pareció una idea maravillosa», explica la dramaturga Neus Nadal que sintió cuando le dijeron que su obra, Loquis, había sido seleccionada para ser adaptada a cómic junto con Les maleïdes, de Sergio Baos. Eso fue al principio de todo, claro, pero la vida da muchas vueltas y nada aseguraba que el resultado fuera de su agrado. Tomeu Pinya fue el encargado de llevar la dura temática de la obra, que explora la violencia obstétrica, al lenguaje visual del cómic. Un reto nada desdeñable, pero cuyo producto final es «emocionante», según detalla Nadal.

Al igual que con la obra de Baos, adaptada por Flavia Gargiulo, Loquis fue seleccionada por el Teatre Principal de Palma, que coproduce la obra, para satisfacer una iniciativa artística que ha unido al Clúster de Cómic y la editorial Dolmen, que lo plasma en papel en castellano y catalán.

La autora de 'Loquis', la dramaturga Neus Nadal.

No obstante, a diferencia de la otra propuesta, Nadal y Pinya acordaron que él no viera absolutamente nada de la escenificación para no verse influido por ella: «No quería que se condicionara ni a la hora de crear los personajes ni los espacios por lo que ha tenido absoluta libertad», explica ella, mientras que él señala que «me dio muy pocas directrices, queríamos que hubiera interpretaciones diferentes, y ver qué sacaba partiendo del texto».

Una viñeta de 'Loquis', el cómic de Tomeu Pinya que adapta la obra de Nadal publicado por Dolmen.

La experiencia, para Pinya, ha sido «divertida» en la que es «mi primera adaptación de una obra de teatro» (ya había hecho lo propio con novelas como La catedral del mar), aunque al principio «tenía algún recelo por la temática, que es un tema muy femenino y a lo mejor no me tocaba a mí, pero a todos les pareció bien y ha sido muy interesante».

Sobre la temática, de hecho, Nadal explica que era «imprescindible» para ella hablar de ello «como mujer» y para narrar «vivencias que vivimos y sufrimos y de las que nadie nos habla», detalla la autora. «No quería dar lecciones, pero sí abrir debate y me hace mucha ilusión pensar que ahora pueda llegar a más gente, en las casas, tras leer la novela gráfica».

Explícito

Lo único que Nadal sí le pidió a Pinya fue que fuera «explícito» en los instantes más visuales y a la hora de representar la violencia obstétrica, el tema del aborto, etcétera. «El resultado es espectacular y no sé cómo puede transmitir tanto con imágenes», valora Nadal. Por su parte, Pinya recuerda que la autora le dijo «que no quería que hubiera mojigaterías ni medias tintas», reto que asumió e hizo a la perfección.

Tomeu Pinya, el dibujante encargado de la adaptación.

Así pues, Pinya fue capaz de llevar al lenguaje del Noveno Arte las historias de dos mujeres que sufren la presión social a la hora de decidir qué pasa en su útero jugando con la paleta de colores y su propia interpretación del texto de Nadal que valora que el mallorquín ha logrado darle «una dimensión alucinante que me ha emocionado un montón». De hecho, la experiencia ha sido tan positiva, que Nadal espera que «se adapte alguna otra obra mía» y no descarta lanzarse a hacer algún guion de cómic si se lo proponen.