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Alrededor de un centenar de candidatos a los Premios Goya se dieron cita anteayer noche en la tradicional fiesta -con cena incluida- previa a la gran gala del cine español, que brilló gracias a protagonistas de la temporada como Alfredo Landa, Belén Rueda o Maribel Verdú, y una nutrida asistencia de directores entre los que no faltó el mallorquín Toni Bestard, candidato al Mejor Corto Documental por El anónimo Caronte.

Ante decenas de curiosos que aguardaban a las puertas de la Real Casa de Correos de la Puerta del Sol (sede del Gobierno de la Comunidad de Madrid) se pasearon los directores de las películas mejor situadas, como Juan Antonio Bayona (El orfanato), Emilio Martínez Lázaro (Las 13 rosas), así como Gracia Querejeta (Siete mesas de billar francés), Iciar Bolláin (Mataharis) y Jaime Rosales (La soledad).

Durante la fiesta se entregó el Premio Segundo de Chomón que otorga cada año la Academia de Cine, y que ha recaído en un operador de cámara, algo inédito hasta ahora. Ricardo Navarrete se mostraba orgulloso por el galardón y reconocía no estar acostumbrado a colocarse delante de un enjambre de cámaras.

También por primera vez, la velada incluye una cena en lugar de un cóctel, ya que, según la presidenta de la Academia, esta fiesta es una de las pocas oportunidades que tienen los profesionales del cine de encontrarse y pensó que lo mejor era sentarlos a todos en mesas para «celebrar que han hecho buenas películas».

Antes de la foto de familia, «presidida» por un sonriente Alfredo Landa, Goya de Honor y también candidato a la mejor interpretación masculina como protagonista por Luz de domingo, la alfombra «verde» -que no roja- vio pasar, entre otros y con cuentagotas, al equipo de El orfanato, con Juan Antonio Bayona, Belén Rueda, candidata a mejor actriz, y al pequeño Roger Princep.