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Setenta años después de que Robert Graves escribiera en Deià su novela «Yo, Claudio», esta obra retornó ayer a Mallorca en su primera adaptación teatral. El espectáculo, el más visto de la historia del Festival de Teatro Clásico de Mérida donde fue estrenado el pasado mes de julio, podrá verse también hoy y mañana en el Auditòrium.

El magistral Héctor Alterio da vida en el escenario a la figura de Tiberio Claudio Druso Nerón Germánico para narrar los capítulos más importantes de su vida y rendir cuenta de sus actos ante la Historia, representada por un Senado romano que juzga su mandato al frente del Imperio tras la caída de su sobrino Calígula. Al respecto, el actor argentino destacó «la «vigencia del argumento de este texto después de dos mil años», al abordar temas tan actuales como «la xenofobia, el enquistamiento del poder, el hecho de matar a alguien por no pensar como uno...», un conjunto de «defectos que todavía existen y que el ser humano no ha sabido superar». El intérprete realizó estas reflexiones durante una rueda de prensa celebrada ayer y en la que estuvo acompañado por la actriz Encarna Paso, que en la obra da forma a Livia; Dolça Mulet, responsable de Cultura del Consell de Mallorca; William Graves, hijo del escritor británico; y el productor ejecutivo del montaje, Jesús Cimarro, que recalcaron la «emoción» de que la pieza se represente en la tierra en la que se gestó.

Alterio, que no se subía a un escenario desde hacía siete años, comentó que aceptó interpretar el papel de Claudio desde que leyó la primera versión de la obra «por el desarrollo del personaje y sus contradicciones», propias éstas de «un emperador que, sin ser monárquico, tuvo que acceder al designio de llevar hacia delante una Roma convulsa». En este sentido, subrayó que «cualquier actor hubiera aceptado este reto tan sumamente entretenido».