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Desde el punto de vista del espectáculo, el teatro catalán hasta el siglo XVIII no es de baja calidad ni pobre. Ni tampoco conoció la decadencia después del siglo XV. Son tópicos con los que ha roto un grupo de estudiosos que ayer presentaron en Barcelona una exhaustiva investigación sobre la escena en los Països Catalans.

En el volumen, editado en Alemania por Reichenberger, se recogen los análisis, seis ponencias y veintidós comunicaciones, de un congreso celebrado en 1998. Antoni Serrà; Joan Mas i Vives; Gabriel Ensenyat; Gabriel Llompart; A.Ignasi Alomar; Felip Munar; Pere Santandreu; Ramon Díaz; Vicent Melchor; Josefina Salord y A. Joan Pons son los estudiosos que han participado por las Islas en esta mirada a la historia teatral del pasado, auspiciada por la Universitat de Girona y el Institut de la Llengua i Cultura Catalana de dicha ciudad. Un error histórico, ya subsanado, fue, según explicó Joan Mas i Vives, jefe del departamento de Filología Catalana de la UIB, no estudiar el teatro como espectáculo, en lo que «culturalmente es muy rico», sino como obra literaria.

Ejemplo de ello es «El Misteri d'Elx», catalogado Patrimonio de la Humanidad. También destaca la «Sibil·la». Según el catedrático mallorquín, la obra alicantina, es «un espectáculo magnífico con un texto mínimo». No fue el teatro catalán antiguo algo que decayó al finalizar la Edad Media, época considerada de esplendor, concluyen ahora los analistas. Por ejemplo, del XVI, es una buena muestra el «Manuscrito Llabrés», 49 obras mallorquinas. En este siglo se escribe un teatro ligado a asuntos de la época. También destaca el de Joan Ramis en Menorca, de corte neoclásico.