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ANA PÉREZ Kurt Savoy, que el próximo mes de junio actuará en la plaza de toros de Palma, se asoma estos días a las pantallas de televisión con actuaciones en programas tan dispares como «Así son las cosas», «Crónicas marcianas» o «Día a día». En su visita a Palma, «el rey del silbido» ofrecerá un singular espectáculo de dos horas de duración en el que presentará su último trabajo, una singular combinación de guitarra, voz y, cómo no, silbidos.

Hizo furor en la década de los 60 y 70 y no había espacio de radio o de televisión que no se lo disputara. Pionero en nuestro país, este madrileño de Andújar llamado Curro Rodríguez tomó la delantera y, tras comprarse la primera guitarra eléctrica que aterrizó en España, se convirtió, de la mano de Bobby Deglané, en Kurt Savoy, «el rey del rock and roll».

Para las generaciones más jóvenes, sin embargo, no es ni su nombre ni su rostro lo más conocido, sino su silbido, porque Kurt dejó de ser el chico malo que enloquecía a los jóvenes de entonces con su música revolucionaria para «coronarse» como «el rey del silbido». Se estrenó con «Plomo sobre Dallas» y, a partir de ahí, se convirtió en pieza fija del spaghetti western de Sergio Leone e imprescindible en las bandas sonoras de Ennio Morricone. ¿Recuerdan el silbido de «La muerte tenía un precio», «Por un puñado de dólares», «El bueno, el feo y el malo», «Hasta que llegó su hora» y tantas otras? Pues ése es el sonido de Kurt, que en los últimos tiempos compagina sus actuaciones musicales con la grabación de anuncios publicitarios, algunos de ellos tan conocidos y premiados como aquél de Vanessa Paradis para Chanel, y en el que Kurt hace lo que mejor sabe hacer: silbar.