El chef Javier Jerez ultima uno de sus platos en la cocina. | Es Parc

Si la Mallorca más conocida ofrece sol y playa a los turistas, la Mallorca más genuina nos regala lugares como Selva situados en el corazón de la isla. En lo alto del pueblo, a la vera de la iglesia y con la Serra de Tramuntana como decorado insuperable, los hermanos Jerez ofician su cocina en Es Parc. Sin artificios y con la materia prima por bandera.

Felipe se ocupa de atender a los clientes y nos muestra la espectacular terraza en la que sirven hasta el próximo mes de septiembre una de las cuatro propuesta gastronómicas de ‘Cocinas y Cocineros Alma’. Nos dice, «llevamos 20 años de experiencia, heredada de nuestros padres, que ya se dedicaban a la restauración. En 2017 decidimos darle un cambio a la carta y centrarnos en la carne, ofreciendo un producto de mucha calidad».

Javier es el chef y nos muestra a pie de fogones «los diferentes cortes y orígenes de las carnes que trabajamos son la esencia de la cocina, pero la diferencia es el tratamiento que le damos a la carne». En Es Parc no utilizan gas, sino brasas producidas por la combinación de las maderas que emplean: encina, almendro, olivos y toques cítricos de naranjos y limoneros. «Los aromas de estas leñas son el complemento perfecto para nuestras carnes».

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Mucho más allá de la carne

Al igual que sucede con los otros tres menús degustación vigentes este verano, el de Es Parc ha sido diseñado para los que aprecian el buen comer. Una auténtica mezcolanza de culturas y gastronomía.

Javier Jerez remarca la intención de ‘mallorquinizar’ los platos ofreciendo ingredientes que acerquen cualquier producto al sabor de la isla. Así «el pan moreno con tomàtiga de ramellet se fusiona con las anchoas del Cantábrico o la croqueta de parmesano combina con el tomate de Sa Pobla. Los mejillones menorquines son el preludio perfecto para el tártaro de vaca rubia gallega, una de las especialidades de Es Parc. «Son guiños a la mezcla de cocinas, sin perder de vista nuestros orígenes».

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A Felipe le preocupa la gastronomía, pero también, y de forma muy especial, el disfrute de la plenitud de su experiencia. «Ofrecemos un entorno único para que platos principales como el tataki de atún, siempre a la brasa para no enmascarar su sabor, o el Cube roll de Angus australiano, hagan las delicias de unas vistas del Pla como pocos lugares ofrecen en la isla».

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Los postres no son el final, son el principio del deseo de volver. «Las naranjas de Sóller son el ingrediente básico del flan al que se suma el Banoffe deconstruido. Es otro toque de mezclas y combinaciones de culturas gastronómicas perfectamente compatibles».

Macià Batle, con sus vinos premium Margalida Llompart, combina a la perfección con el menú del restaurante Es Parc. Sencillamente, espectacular.

Y por cierto, no se olvide de preguntar por Rita. Los hermanos Jerez se lo explicarán…