La cocina de Fontsanta refleja bien el espíritu de este hotel balneario elegante y discreto, ubicado en la Colònia de Sant Jordi. Un estilo que encaja con la filosofía del grupo familiar al que pertenece, propietario también de establecimientos emblemáticos como Can Simoneta, la Torre de Canyamel o el Convent de la Missió. En todos ellos han procurado que en su apartado gastronómico, cada uno de los restaurantes aporte una personalidad diferenciada, siempre de alto nivel.

El chef Jhonatan Maldonado en cocina junto a su equipo.

El chef chileno Jhonatan Maldonado es quien está al frente de los fogones del Fontsanta. Formado en la Escuela de Hostelería de Mallorca, en Zaranda y Hyatt, y bregado con cocineros de los que guarda un gran recuerdo, como Fernando Pérez Arellano, Mario Sandoval y, sobre todo, Igor Rodríguez del restaurante El Bandarra de Palma.

El acogedor comedor interior del Fontsanta, en el hotel del mismo nombre ubicado en Campos.

Maldonado, nacido en Viña del Mar (1989), tenía claro cuando trabajaba en Hyatt que, si cambiaba, era para desarrollar su propia creatividad. Hace cinco años surgió esta oportunidad en Fontsanta, y aquí, al frente de un equipo joven de una quincena de personas, ofrece una cocina creativa, muy elaborada, de magnífica presentación, en la que recrea la gastronomía de la zona marina en la que nació junto a la que ha ido absorbiendo en Mallorca.

Un menú muy interesante

Para la tercera edición de ‘Cocinas y cocineros con alma’, Maldonado ha preparado un refinado menú compuesto por tres aperitivos, un entrante, dos platos principales, postres y bebidas.

Como aperitivos, comenzamos con una tartaleta de centolla típica de Chile con mahonesa de azafrán sustentada en su interior con pan remojado, sofrito de cebolla, pimiento, comino y queso mahonés rallado. Le sigue, un cilindro de patata con presa ibérica, barbacoa de albaricoque y yema de huevo, inspirada en la chorrillana chilena. Termina esta primera fase del menú con una croqueta de escaldums con mahonesa de Pimentón de la Vera recubierta de pan negro y con un poco de amontillado en su meloso interior.

Dentón con crema de espinacas, aire de anguila ahumada y vinagreta de pasas y piñones.

Para el entrante, nos presenta un muy marino ceviche de corvina o de mero, sorbete de tomate de ramallet y cítricos de la isla, coronado por una espuma de Pisco Sour, que recuerda la procedencia chilena de Maldonado.

Como platos principales, Dentón con pilpil elaborado con la cabeza del propio pescado, con crema de espinacas, aire de anguila ahumada y ligera vinagreta de pasas y piñones; muy sabroso y de elegante sabor. Y el apartado carnívoro está representado por un lomo de cordero deshuesado, que el chef cocina a baja temperatura en una primera cocción, y que luego desgrasa en plancha para darle su particular toque crujiente; está acompañado por puré de chirivía, cilantro y sarmiento de yuca, que presenta muy estéticamente al estilo Robuchon.

Cordero, puré Robuchon de chirivia, cilantro y sarmientos de yuca.

En el apartado dedicado a los postres, cítricos de limón y Pisco Sour para desengrasar, y unas texturas de chocolate Pacari; elaborado con cacao de Ecuador que ha obtenido numerosos premios y que el chef ha elegido «por no tener prácticamente emulsionantes y por su muy honesta forma de producirlo, todo ecológico». Le siguen una crema de plátano y fruta de la pasión, dulce de leche y haba tonka. Con el café e infusiones, unos petits fours de bombón de albaricoque, chocolate de almendras con cuatro especias y gominola de fruta de la pasión.

El pan lo elaboran ellos mismos, con harina de El Secreto del Grano, del productor ecológico de Manacor Stéphane Carayon Santandreu, y se nutren también de la repostería del Café de París, que tiene su obrador en Llucmajor. Como bebidas incluidas en este menú, cerveza Rosa Blanca, vino blanco y tinto de la bodega mallorquina Ca’n Verdura, y agua Font Major.

Un hotel para alimentar los cinco sentidos

Fontsanta Thermal Spa & Wellness es el único hotel de aguas termales de la isla cuyas características, entorno y atención aportan un placer y tranquilidad extraordinario. Ofrece servicios de salud, alojamiento y gastronomía en un entorno de relax privilegiado, puesto que los clientes deben acceder al hotel dejando su vehículo en el parking, con el fin de que el paseo por el jardín solo esté acompañado por el sonido de la brisa y los pájaros.

Sus características, entorno y atención aportan un placer y tranquilidad extraordinario.

En el interior del Fontsanta, tanto en las habitaciones como en el hall, la dirección hace una apuesta decidida por el arte contemporáneo, lo que nos permite disfrutar, al salir de su amplio y acogedor restaurante, de una abundante obra de Joan Bennàssar que completa la belleza del jardín.